Es un tema de indudable impacto político. Una acción de la ofensiva reaccionaria. No entraremos en conjeturas sobre el carácter de la grabación, si es real o es forjada, total o parcialmente. Cualquier posibilidad cabe. Intentaremos abordar el tema con la mayor seriedad posible:
1. Nosotros mismos, los revolucionarios, hemos usado y abusado del chisme, del escándalo, de la frivolidad en la confrontación con la oposición. Es decir, hemos utilizado los antivalores del capitalismo, propios de su falsa conciencia, en lugar de trabajar desde la reflexión y la crítica consciente. Hoy pagamos las consecuencias de esos errores.
2. Mario Silva actuó con inteligencia e hizo lo que tenía que hacer, “sacar del aire” a La Hojilla. Él está en el “ojo de huracán” y, en estos casos, lo más adecuado es “retirarse”, apartándose de la controversia. Eso no es lo usual en la política, lo que suele suceder es que se anteponen los intereses individuales a los colectivos. Ojala mantenga su posición.
3. Más allá de la veracidad de la grabación, o de su montaje, no podemos obviar la existencia real, a lo interno de la revolución, de factores de poder preservando sus espacios. En capitalismo, eso es propio de los intereses de clase y de las relaciones de poder, pero no debería ser así en socialismo. Los pactos y los compromisos, a veces incluso con la derecha, no pueden prevalecer sobre los intereses superiores de la revolución y el pueblo, ni el pragmatismo sobre los principios. Y eso está sucediendo, queramos o no reconocerlo y hablar de ello.
4. Hacemos nuestras unas reflexiones del escritor y político marxista británico Alan Woods: “La revolución pudiera continuar si el pueblo toma el control… Al peligro que más temo no es exterior, es interior y me refiero a la burocracia y los reformistas que realmente no quieren hacer lo que quería Chávez… Una quinta columna de la burguesía dentro del movimiento bolivariano… ¿Cómo contrarrestarla? Las bases tienen que tomar control de sus dirigentes, es la única manera de eliminar, de purgar el movimiento de corruptos, que los hay lamentablemente, y de agentes de la oposición, que los hay también”.
5. Corolario: ¡El pueblo toma el control, o no habrá revolución! Se seguirá desdibujando inexorablemente…
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