Sin duda, que la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (Alba), se ha convertido en el principal frente de ataque revolucionario, en la búsqueda de extrapolar los valores humanistas, ecosocialistas y patrióticos que emancipan el legendario territorio de Vespucio. El afán de dignificar los derechos de los trabajadores, al rehusar las manos neoliberales del Tío Sam, lo adentran en un proceso multidisciplinario que requiere de empatía ideológica por doquier.
Con el fin de lograrlo, es vital que el Alba establezca una voz de mando, que trascienda los linderos de la diplomacia y se inmiscuya en los problemas del afer diario que confrontan los habitantes de caseríos, comunidades y parroquias. Lamentablemente, NO es suficiente con la tinta de un comunicado de prensa, con la oralidad descrita en foros internacionales, ni con la inmediatez informativa de los cibermedios. Debe existir una “corresponsabilidad de calle” en el accionar público del Alba, capaz de generar un reconocimiento sociopolítico e intercultural entre los países miembros, que se edifique de forma mancomunada a la realidad “real” vislumbrada por la ciudadanía.
En paralelo, la ortodoxia del Alba se condiciona por un bestial eslabón de transculturización, que navega por el consumismo irracional de las personas, los antivalores que ofrecen los medios privados de la TV y el eterno individualismo del siglo XXI. De allí, que la inclusión social, la reivindicación laboral y el respeto por la Vida, se retroalimentan en un confuso arcoíris que sueña con ser la gran alternativa del cambio. Es así, como el Alba pretende unificar un modus vivendi en la proa latinoamericana, pero teniendo que lidiar con una guerra sin cuartel llena de impunidad, venganza y criminalidad.
No importa, si te encuentras visitando el “Páramo la Culata” en Venezuela, recorriendo el “Refugio de Vida Silvestre Pasochoa” en Ecuador o descubriendo el “Parque Nacional Sajama” en Bolivia. Gracias a los principios que identifican al Alba, vamos a explicar esos valores y saberes tan importantes, para que la gente priorice la razón ante lo superfluo, libere al cuerpo de lo material y eleve al alma por la paz.
La Ética, es el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Representa la integridad de la persona, capaz de internalizar las obligaciones sujetas a su correcto discernimiento. En un Mundo plagado de seres inescrupulosos que justifican el fin por el Medio, para: vendernos transgénicos al mejor precio del mercado, matar por amor al arte en las Corridas de Toros y financiar el plan de genocidio en el Medio Oriente; pues dependerá de usted elegir los atajos norteños o los senderos de libertad.
La Honestidad, es un valor que promueve la rectitud del propio individuo y con su entorno. Es una virtud que revela el lado genuino y noble, basado en la premisa del autodescubrimiento. Cuando salimos a la calle, nos hallamos frente a un mar de tentaciones, en el que la duda se encarga de corromper la psique, al momento de tomar una decisión. A veces la desesperación, lleva a cometer graves errores, que se traducen en delincuencia y conductas irracionales por pagar tras las rejas de tu prisión favorita.
La Empatía, es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Es ponerse en sus “zapatos”, para poder entenderlo y ayudar en la resolución de un problema. En Venezuela, la mayoría de las parejas jóvenes y adultas, prefieren procrear biológicamente, antes de adoptar o apadrinar a niños de la calle. La gente por presión social, egoísmo e ignorancia, abren los ojos de más y más “muchachitos”, buscando resolver un gran vacío espiritual que por desgracia, lo único que hace es agrandarlo. La culpa NO se solventa entregando la monedita frente al semáforo, sino dejando de inflar el castillo en la soleada tarde de domingo, para brindarle una luz de esperanza a quienes festejan en la oscuridad de la noche.
La Lealtad, es el amor y la gratitud que muestra el Hombre, al respetar las leyes de su país y no traicionar a sus seres queridos. Es una obligación de fidelidad que evoca el respeto y el acato a las reglas de juego que presenta una comunidad, una empresa o la familia. Podemos ser leales con nuestra querida Madre Tierra, al NO lanzar desperdicios en las plazas, parques y avenidas de tu vecindario, cumpliendo con las 3Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar), usando racionalmente el agua potable, apagando las luces y al desenchufar los electrodomésticos. Tu contribución con el bienestar del Medio Ambiente, afianzará una actitud ecológica y conservacionista que renueva el lazo de amistad con todos.
El Compañerismo, es el vínculo afectivo que prevalece en las relaciones interpersonales provistas en el ámbito laboral, académico o recreacional. Se retribuye en la confianza que debe existir entre sus miembros, en busca de la armonía, la cordialidad y el civismo. Nos preocupa que en colegios venezolanos, tanto públicos como privados, se padezca del “Bullying” o acoso escolar, que viene interfiriendo en el sano crecimiento de la infancia criolla, reflejando los antivalores de la TV, la prostitución virtual de la Internet y la perversa tecnología de bolsillo. A su vez, en los espacios de trabajo, se evidencia el acoso a los empleados, el chisme y la hipocresía, que son lamentables secretos a voces, amparados en el capricho de fastidiar a los colegas y rentabilizar una mentira, que tarde o temprano los hará tocar fondo en absoluta soledad.
La Tolerancia, es el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás, cuando son distintas a las nuestras. Es aprender a vivir en Sociedad, procurando NO dañar a nadie y sin intentar “alienar” la mente de las personas. Recuerda que la violencia sólo genera más violencia y el simplismo de gritar, insultar y ofender al prójimo, sólo te ahogará en las turbias aguas de la venganza, la ira y el odio por pagar tras las rejas de tu prisión favorita. La impulsividad de arremeter verbal o físicamente a otra persona, puede llevarte a honrar un clima de hostilidad permanente. Acostumbrarnos a la negatividad del entorno en que vivimos, podría hacerte caer en el círculo vicioso de quien pega primero, pega dos veces y tres absurdos puntos suspensivos.
La Alienación, es un proceso en el que la persona o la colectividad experimenta un desarraigo sociocultural, que se contradice a su propia idiosincrasia. Si prefieres un cuarto de libra con queso, que una arepa vegetariana. Si disfrutas pasar una hora “tuiteando” en la Web, que salir a pasear con toda tu familia. Si te encanta bailar el “Harlem Shake”, pero odias el joropo llanero, pues definitivamente eres un ser alienado. En gran medida, las corrientes ideológicas, los productos comerciales y lo inestable del Statu quo, son factores que determinan el grado de inconciencia en la Sociedad Venezolana
La Paciencia, es la facultad de saber mantener el autocontrol, ante un hecho o situación por venir. Es de gran utilidad para encontrar la paz interior y resolver con éxito los conflictos de la vida diaria. Nos duele ver como en Venezuela se sigue acentuando la violencia intrafamiliar. El maltrato a la mujer, las vejaciones a los niños y las humillaciones a los abuelos, son problemas reales que ameritan soluciones reales, para minimizar el daño psicosocial que se desprende ante las agresiones. Tener que “convivir” dentro de una tensa calma, en la que cualquier gesto, frase o mirada que incomode a un miembro de la familia, se paga en la feroz hebilla de una correa, en cuatro paredes de pesadillas y en una lágrima que cae en silencio, sólo nos hace buscar en el cielo una respuesta que justifique tanta anarquía. Por ello, es importante que denuncies oportunamente los abusos que se padezcan en tu hogar, para NO ser cómplices del hecho punible.
La Solidaridad, es el sentimiento de unidad basado en intereses comunes, que implica el trato agradable con la gente y ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Es un rasgo proactivo que rescata el ideal humanista de las personas y defiende la cooperación de obrar en conjunto. Si quieres ser solidario con la Pachamama, puedes ponerte de acuerdo con tus vecinos, para ir en un solo vehiculo a la escuela, la oficina y al hacer diligencias comunes. En temporada de lluvias, podrías brindar asistencia a quienes perdieron sus inmuebles por las inundaciones. También, somos solidarios al preservar la biodiversidad, proteger los ecosistemas y respetar los derechos de los animales,
Es triste reconocer que Venezuela, un país clave para el crecimiento del Alba, siga auspiciando eventos de extrema crueldad, como las “Corridas de Toros”, que van en contra de todos los valores y saberes anteriormente expuestos y que perjudican la interacción del trinomio Hombre-Medio-Sociedad. Si deseamos que el Alba se adentre en el seno de las comunidades y sea una alternativa positiva en Latinoamérica, primero debe existir congruencia en la naturaleza de sus actos. Ya es hora de castigar los ecocidios causados por la barbarie humana. Para más información, visitar http://ekologia.com.ar/