Como un rocío mañanero recibió el pueblo venezolano, el nombramiento del señor Eduardo Samán al frente del Indepabis, por parte de nuestro Presidente Nicolás Maduro.
No son pocos los desconciertos y los problemas económicos y políticos que se han generado a partir de las distorsiones en los precios y en el acaparamiento promovido por los sectores adversos a la Patria. Realmente la política especulativa desarrollada por el poder económico apátrida del país, ha hecho mucho daño a los bolsillos del pueblo y ha logrado dislocar los controles, sobre algunas variables económicas. Los efectos del saboteo, sobre la inflación, han resultado catastróficos, lo cual se expresa de manera política en algunos sectores susceptibles de la sociedad. Semejante “éxito” ha llevado al fascista Capriles a rogarles a los empresarios colombianos y de otros países, que contribuyan en la política de asfixia económica que aplican en contra del pueblo venezolano.
Es bien sabido que el mayor esfuerzo, el golpismo lo viene focalizando en contra de nuestra economía, son los principales responsables de la desaparición de los productos del mercado. Muchos de nuestros empresarios inmersos en la conspiración, han disminuido significativamente sus niveles de producción, con el objetivo de obtener réditos políticos.
Desde el agravamiento de la enfermedad del Comandante Supremo, los sectores adversos a la revolución socialista, parecieran haber concluido que el momento de asestarle el golpe definitivo al sueño de Hugo Chávez, es el actual. Razón por la cual no escatiman esfuerzos, ni planes, en la consecución de ese objetivo. Ejemplos de lo que aquí se establece, no son sólo, los relativos a lo económico. Estos señores, vienen contemplando todos los métodos, todas las formas de agresión en contra de nuestro país y nuestra gente.
Los traumas que vienen sucediendo, no obedecen a situaciones corrientes. Existe toda una intensión, y un conjunto de planes en proceso. Nada de esto es nuevo. Ya que este país, desde la llegada de Hugo Chávez al poder, ha sido sometido a un constante acoso y desestabilizaciones permanentes. Pero todo indica, que se disponen a una arremetida final. Razón por la cual, las medidas que deban ser tomadas y los cuadros que deban aplicarlas, tampoco deben ser normales. Creer que las acciones golpistas impulsadas en el país, las piensa y las planifica Capriles o Ismael García, es querer engañarnos. Todo venezolano sabe, que los cerebros más capaces de los servicios de inteligencia norteamericano y sus aliados en el mundo, tienen sus garras sangrientas en nuestros suelos y son los responsables de la planificación y desarrollo del golpe continuado.
Tanto el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, como el SENIAT y CADIVI, deben estar regidos por verdaderos cuadros revolucionarios. Desde el director, hasta sus funcionarios. Estas son instituciones neurálgicas para el país. Sobre todo en estos momentos de constantes embates. Es imposible ganar la batalla económica, cuando los encargados de defender nuestras trincheras, terminan claudicando frente al enemigo. En una situación de guerra como en la que nos encontramos, las normas laborales, ni ninguna otra situación, pueden ser obstáculos para los correctivos. El hecho de que nuestro presidente haya tomado la sabia decisión de colocar a Eduardo Samán al frente del INDEPABIS, es un indicativo de que nos preparamos para la guerra y con nuestros mejores hombres. Ya que este camarada en las responsabilidades que fue colocado rindió en lo político y en lo que a gestión respecta. Además es un cuadro digno, de los que no les gusta adornar el estiércol, con una formación política alejada del “socialismo capitalista” que les encanta a algunos.
Al frente de instituciones como las mencionadas, no puede estar un ciudadano cualquiera. En estas responsabilidades, deben estar cuadros probados y comprobados en lo ético y en lo ideológico. Con un gran compromiso político, una alta moral y con una buena formación técnica. Lamentablemente la realidad de estas instituciones no es ésta. Y no podemos sólo lamentarnos.
Lo que debilita nuestra revolución, es la política de enroque que se viene dando años tras años. Pareciera que no hubiese la posibilidad de promoción para nuevos cuadros. Y si algún revolucionario levanta su voz para cuestionar alguna irregularidad, de inmediato se le cataloga de contrarrevolucionario. La lealtad no es sumisión, ni humillación. La crítica revolucionaria no puede seguir siendo distorsionada. Algunos confunden lealtad con sometimiento u obediencia. Y esa situación no estimula correctivos, sino cuando ya es difícil tomarlos.
Ya nos hemos dado cuenta que la revolución no la hacen los amigos, ni los grupos. La hacen los equipos bien constituidos. En los actuales momentos existe mucha gente comprometida, con gran formación política y técnica. Algunos, intelectuales reconocidos por nuestras bases. Pero hasta los momentos no hay espacios para ellos en nuestra revolución. Cómo podemos trascender, cómo podemos vencer en esta batalla continua, si a nuestros intelectuales no se les abren espacios para aportar en las labores de gobierno.
Es necesario recordar, que las condiciones de la casi derrota del 14 de abril, se mantienen. Son pocos los avances que hemos dado, para salir de esa realidad, a pesar del incansable esfuerzo de nuestro Presidente. Creer que con el perfil dirigencial de siempre, vamos a salir del marasmo, es un error imperdonable.
En esta revolución hemos conocido varios tipos de altos dirigentes, los que hay que mantenerlos en cargos y perdonarles sus errores y fracasos, para que mantengan la fidelidad y los que son fieles a la revolución a pesar de las persecuciones internas. Esta es la hora de los revolucionarios verdaderos. Es la hora de la Patria, por lo tanto los patriotas deben ser convocados.
El nombramiento de Samán, da visos de cambios, en la revolución. Y fue una decisión celebrada con efusividad desde las bases. Habría que preguntarse en qué circunstancia y en qué realidad, los jugadores mejor preparados, se dejan en la banca?. Y más aún cuando el otro sector, amenaza con llevarse la victoria. No se puede permitir que el chantaje de algunos, nos lleve a perder la revolución. Es inaceptable que el absurdo protagonismo de algunos compatriotas fracasados y con vicios, acabe con el sueño de Bolívar y Chávez. El momento actual, es el de dar al traste con las gestiones y con los hombres que avergüenzan y desmoralizan a nuestro pueblo revolucionario. Otros compatriotas, deberían recibir la oportunidad de poder revertir los desatinos que continúan ocurriendo. En este momento, hay quienes creen, que este inmenso esfuerzo pudiera caer, y se disponen a raspar la olla. Son los mismos que con sus desaciertos, han puesto en riesgo la revolución del pueblo. Ya es hora de un cambio profundo, porque gente que quiera trabajar y dejar hasta el último aliento por este proceso, hay suficientes.
Para no hacer mas largas estas notas, no queda más que felicitar a nuestro presidente, por el esfuerzo incansable, que día a día despliega en favor de la revolución y por esta última decisión tomada, que seguro estamos, brindará resultados positivos, en esta batalla que nos ha tocado librar.
Y desde aquí plantearle al ciudadano Samán; que haga, lo que bien el sabe hacer. Responder con éxitos, a las orientaciones de nuestro Presidente, cuando decía: “he decidido nombrar a Eduardo Samán Presidente de INDEPABIS, para que haga revolución dentro de la revolución, para que proteja al pueblo”. Indicaba además; "la corrupción es una enfermedad de los anti valores del Capitalismo, vamos tod@s a enfrentarla".
Con Samán, recordamos que el ser revolucionario, es una condición humana, que no está supeditada a nada más que a la conciencia y al amor por la gente. Con esta decisión, se premia la paciencia, tolerancia, lealtad y el compromiso verdaderamente revolucionario.
Todos a la batalla por el control de la economía, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!!.