A propósito de la denuncia hecha por el reconocido atleta Carl Herrera, desde aquí vaya nuestra solidaridad con este hermano, víctima de un grupo de acomplejados e ignorantes fanáticos, no del deporte sino más bien del fascismo. Quienes no encontraron otra forma de descalificarlo, ya que por sus méritos deportivos no tenían argumentos para enfrentarlo, acudieron a lo más bajo y repugnante, como lo es el racismo.
¿Y qué es el racismo?: “es una ideología basada en la superioridad de unas razas o etnias sobre otras, el odio. Tradicionalmente, el Racismo ha estado estrechamente vinculado a los peores crímenes que se han perpetrado contra la humanidad”. Pero lo más grave es que las instituciones del Estado, como lo son, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo, hasta ahora, no se hayan pronunciado al respecto, como “noticia criminis”.
Ni tan siquiera la Asamblea Nacional, que el pasado año promulgó, la Ley Contra la Discriminación Racial, mucho menos el Ministerio del Deporte, han dicho nada por este caso público, notorio y comunicacional.
Este tipo de prácticas son anti socialista y anti revolucionarias, además que niegan el carácter humanista de la patria que estamos construyendo, guardar silencio o callar también es convertirse en cómplice de estas lacras sociales que promueven estas prácticas, hoy rechazadas en el mundo entero.
No es en balde que hasta la propia FIFA y la liga europea de fútbol tienen permanentemente una campaña contra el racismo en los campos de fútbol, producto de los numerosos actos de este tipo, realizados contra futbolistas africanos, donde los clubes son penalizados si sus fanáticos incurren en este delito.
Este es un acto flagrante de la violación de los derechos humanos del deportista y director técnico, Carl Herrera. Hoy, quienes asumimos la responsabilidad histórica de ser luchadores y militantes del movimiento afrovenezolano y que hemos sido víctimas de estos lamentables hechos, Rechazamos este tipo de conducta realizadas por un sector enfermo y minoritario de la sociedad venezolana.
De modo que, desde esta trinchera nos solidarizamos con el hermano Carl Herrera, gloria de nuestro deporte, héroe del nuestro baloncesto, ejemplo de juventudes, orgullo de nuestra patria, y referencia para las nuevas generaciones de deportista o la bien llamada Generación de Oro del deporte nacional.