Una vez se recibe el merecido reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura(FAO) el pasado 16 de junio en Roma por reducir la prevalencia en la sub-nutrición en nuestro país, el Presidente Maduro, le solicita al máximo organismo apoyo para establecer un sistema de monitoreo de oferta, consumo y distribución de los alimentos pues asegura que Venezuela atraviesa una “guerra económica” contra el abastecimiento de comida. Asimismo, solicitó la ayuda técnica para incrementar la producción agrícola en 30 millones de hectáreas de tierras cultivables. Desde esta última solicitud, se han suscitado toda una serie de especulaciones, dimes, diretes y expectativas, en especial de los sectores de Fedeagro y la oposición política nacional que valen la pena debatir.
Sobre el desabastecimiento programado de alimentos y bienes principales el Gobierno, anuncia para los próximos meses la importación de 760000 toneladas de alimentos, ya que en el país se calculan consumir 31 mil toneladas de comida por día. Evidentemente esto no se puede ver como un tema coyuntural, se trata de avanzar en la definición y consolidación de políticas públicas, concertadas y articuladas que también presentan sus debilidades. Por cuanto los distintos sectores de productores de alimentos en especial los agroindustriales (en su mayoria de Fedeagro) históricamente se han dedicado a reclamos sobre políticas de financiamientos; ajustes de precios; insumos baratos y contaminantes; exoneración de impuestos y trabas burocráticas en función de los cumplimientos de tales exigencias.
Lo que el sector agro-industrial no esgrime es el colapso científico-tecnológico, expresado en términos de rendimientos y productividad se refiere, en particular a rubros estratégicos para la alimentación y el abastecimiento de sus industrias alimentarias.
Es bien concebido por la FAO y lo esgrimen una gran cantidad de reportes de sus expertos y especialistas. Se trata: que la producción de alimentos hoy día tiene necesariamente que orientarse hacia las prácticas agroecológicas. En efecto una última investigación coordinada por su principal relator Oliver De Shutter( Diciembre 2010) sobre el Derecho a la Alimentación; explica: que la agroecología es un modo de desarrollo agrícola que no sólo presenta fuertes conexiones conceptuales con el derecho a la alimentación sino que, además, ha demostrado que da resultados para avanzar rápidamente hacia la concreción de ese derecho humano para muchos grupos vulnerables en varios países y entornos. Por otra parte, la agroecología ofrece ventajas que se complementan con enfoques convencionales más conocidos, como la selección genética de variedades de alto rendimiento, y contribuye enormemente al desarrollo económico más amplio. De Shutter EXIGE crearle a la agroecologia un entorno propicio para esos modos de producción sustentables mediante políticas públicas adecuadas, entre las que se incluyen: dar prioridad, en el gasto público, a la contratación de bienes públicos, en lugar de limitarse a ofrecer subvenciones a los insumos; invertir en el conocimiento mediante la re-inversión en investigación agrícola y servicios de extensión; invertir en formas de organización social que fomenten las asociaciones, como las escuelas rurales para agricultores y las redes de colaboración de los movimientos de agricultores encaminadas a la innovación; invertir en investigación agrícola y sistemas de extensión; empoderar a las mujeres; y crear un entorno macroeconómico propicio, por ejemplo poniendo en contacto las explotaciones agrícolas sustentables con la creación y dinámicas de mercados más justos.
Las iniciativas propuestas por De Shutter se orientan a los pequeños y medianos productores que son sectores muy productivos que exigen mayor y perenne atención del Gobierno nacional. Situación y espacios productivos que distan de las propuestas de monocultivos que siempre han sido liderizada e impuestas por los agro-industriales y agro-exportadores. Por ello es lógico entender que cuando los sectores de Fedeagro reclaman que no fueron consultados para el reconocimiento de la FAO, el mismo pareciera no tener cabida en la naturaleza de los procesos productivos que están disputándose.
Por supuesto la cabal propuesta del Presidente Maduro tiene mucho sentido, si esta logra potenciar nuestro recurso primario de la producción, como lo son las 462 especies alimenticias que nuestro país megadiverso nos brinda. Y que claramente se conjugan con nuestro Plan Patria 2013-2019 y la Estrategia de Diversidad Biológica y su Plan de Acción que son también concominates con el cumplimiento del objetivo nro 17 del Milenio exigencia también solicitada por las Naciones Unidas.
Estamos convencidos que en Venezuela, se viene dando un modesto avance en la producción agroecológica de alimentos; esta por su propia naturaleza y raíz tropical, necesariamente tiene que ser potenciada por nuestro gobierno en conjunto con las distintas organizaciones de productores.
La agroecología, se destina a sustituir los viejos esquemas tecnocráticos de producción agrícola que siguen siendo expoliadores de nuestra diversidad biológica; otros recursos naturales como aguas y suelos y por consecuencia contaminantes de los alimentos que consumimos.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS
Oliver de Shutter (2010) Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Sr. Olivier De Schutter Consejo de Derechos Humanos 16º período de sesiones Tema 3 de la agenda Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y cultural es, incluido el derecho al desarrollo En linea: http://www.srfood.org/images/stories/pdf/officialreports/20110308_a-hrc-16-49_agroecology_es.pdf