Amigo, presidente Chávez, te cuento sobre la agresión a Evo

Imposible pasar por debajo de la mesa tan a la ligera, mi comandante, la indignante y repudiable acción arbitraria de contraorden que, representantes de naciones europeas, entre ellas, Francia, Portugal, Italia y posiblemente España, no hayan preservado el espacio aéreo y aterrizaje a sus aeropuertos y, más bien se lo hayan negado, como lo hicieron con el avión presidencial en que viajaba el amigo Evo, quien regresaba desde Moscú.

¿Qué no es posible? Ay mi comandante, agresión en puerta al derecho internacional de las naciones y en particular a Bolivia, a la amada Bolivia del Libertador, y sabe porque, mi comandante, por sospechas mal fundadas del imperio yanqui que cada día que pasa, no deja de demostrarle al mundo que ellos tienen voz y votos y dólares, para imponer su hegemonía mundial de atropello intervencionista a otras naciones, manteniendo incólume su política donde el fin justifica los medios y, así es, siempre sin importarles el método, lo suyo es lo suyo y quien se plante por el medio se lo llevan por delante y, lo peor es que hayan otras naciones que se presten y acepten como segundonas a tan bajos procederes entre las relaciones internacionales que deben ser de soberanía legal y humanitaria –sobre todo.

Y, la política de nuestro gobierno abierta al mundo, sin restricciones, en las relaciones pluripolar y, no aprendemos y nos abrimos al compás de las igualdades que pensamos sean de respeto mutuo en la acción coordinada dentro y fuera de nuestras fronteras, pero más temprano que tarde nos meten el puñal hegemónico como mejor le parezca y, nos ven con su altivez de países desarrollados en que necesitamos de ellos para nuestro desarrollo y, con el respeto que nos merecemos se limpian sus traseros cada vez que quieren.

No hace mucho tiempo, apenas días, el presidente Maduro estuvo de gira por varias capitales europeas después que visitó al papa Francisco e hizo millonarios negocios y convenios con las mismas naciones, mi comandante, que le acaban de meter el balón de la altanería con toda su pretensión como si de aves se tratara y, nosotros ayudándolos como los buenos pendejos que somos, dándoles todas las comodidades políticas y económicas para que abusen de nuestra complacencia a su gusto y como nación suramericana, hemos sido cacheteados a su antojo a través de Evo Morales, su hermano del alma, presidente eterno y, con ello a Bolivia y a su pueblo y ¿a nosotros que nos queda como pataleo?, ya veremos qué ideas de apoyo incondicional saldrán a relucir después de la indignación al irrespeto que le infligieron a Evo y, que no sea el bla bla de siempre que no empuja ni resuelve nada.

Comandante Chávez, observamos a una Europa inmoral, sumisa, atascada por demás de problemas fáciles de resolver que los ahoga y, todo por el neoliberalismo y su adición complaciente al imperio que los tiene y los mantiene anclados a su proceder que incrimina y recrimina como mejor les parece y, que además, tranca y destranca desde organismos internacionales que maneja a su sujeción en la que Venezuela despertó airosamente, gracias a usted, mi presidente y que esperamos no volvamos a ese pasado ignominioso de patio trasero, como lo es Chile, Perú, Colombia y tantas otras naciones de América.

Llueve y escampa como usted bien lo supo en su corto peregrinaje de concientización geopolítica en la presidencia de la República, dignificada por demás, como el gigante que fue por la justicia social de la mayoría de los pueblos del mundo y en particular del nuestro como los suramericanos que andan en la misma onda y, quién sabe si por eso, se empecinan en maltratar a Evo y a su comitiva gubernamental con actos agraviantes y desconsiderados que ponen en peligro la estabilidad mundial en su acercamiento de paz que deja al presidente Evo como una víctima por rencillas desfiguradas por caprichos imperiales por atrapar ex agentes de la CIA.

Bueno comandante supremo, he tratado de ponerlo al tanto: de la ignominia a que ha sido sometido, el presidente Evo y su país, a ver si desde el más allá de su pensamiento alumbre de ideas fecundas –de moral y luces- en la situación comprometedora en que estamos o, más bien, a la reacción que los pueblos hermanos, revolucionarios, socialistas o no deban tomar en favor de nuestra dignidad latinoamericana pisoteada por algunos países europeos que hoy más que nunca necesitan de nosotros que nosotros de ellos y, allí tenemos que ser implacables por el respeto mutuo a que tenemos derecho.

Me imagino que, nuestro presidente, Nicolás Maduro, siga su pensamiento al pie del mandato y se desenvuelva en este caso sin egoísmo de repudiar y defender al hermano Evo con todas las políticas a que haya que echar mano en la actualidad.



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Esteban Rojas


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