El anuncio del Presidente Nicolás Maduro, de ofrecer asilo humanitario a Snowden, va a originar reacciones políticas, tomando en consideración el nombramiento de Calixto Ortega, quien perteneció al llamado grupo de Boston, y la reunión Jaua-Kerry, que abrió formalmente la posibilidad de reanudación de las relaciones con los Estados Unidos.
Sin duda que es importante mantener un nivel de relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países del mundo, pero éstas deben darse bajo el marco del respeto mutuo, y el reconocimiento a la autodeterminación de los pueblos como principio inalienable.
El anuncio del presidente venezolano se hace después de la violación por parte de países Europeos, por instrucciones de la clase dominante de los Estados Unidos, de todos los tratados internacionales, al pretender revisar el avión del presidente Evo Morales, como un mecanismo de intimidación humillante, para evitar que cualquier país se atreviera a ofrecer asilo a Snowden.
El metamensaje político fue bastante claro cualquier ayuda a Snowden, es un gesto de hostilidad contra el complejo militar industrial de los Estados Unidos, y puede desatar consecuencias inimaginables. Así actúa el imperialismo en su fase superior.
Al respecto el comandante Fidel ha sido bastante instructivo cuando define el carácter del imperialismo a través de la analogía de una anécdota con un tiburón: “ Este país entre otras cosas lo ayuda a salvar su verticalidad, su firmeza, su falta de miedo, si nosotros vaciláramos retrocediéramos, con ese imperialismo como los peces voraces en el mar…Una de las primeras veces que estábamos pescando, una Picúa estaba dando vueltas y enseñando los dientes, entonces me voy replegando hacia el bote.. Pero la Picúa se ponía más agresiva, siento vergüenza de estar en aquella actitud de retirada, viro hacia la Picúa, y voy hacía donde la Picúa, entonces sale en retirada..Si este pequeño país demostrara vacilación frente al imperialismo que es fiera, Picúa, y todas las alimañas juntas, nos hubieran devorado”.
Está simple anécdota del comandante Fidel Castro, ejemplifica bien la fenomenología política del imperialismo, que ataca cuando se demuestra falta de firmeza, porque para la clase política de los Estados Unidos, desde la experiencia de Vietnam, la opinión pública tiene un impacto que debe cuantificarse con calma. No es lo mismo luchar contra un pueblo, entregado moralmente que enfrentar un pueblo dispuesto a morir defendiéndose.
La réplica del presidente venezolano al ofrecer el asilo, es más que una respuesta de dignidad, una manera de pasar a la ofensiva ante el acoso de los sectores guerreristas de USA, que pretenden imponer condiciones, para obtener un beneficio económico en la reanudación de las relaciones.
En cuanto al tema diplomático el gesto no va a afectar las conversaciones, porque la clase política estadounidense además de voraz, es muy pragmática, y le interesa mantener a Venezuela como un surtidor de energía.