“No le temo a Dios de luna ni a diablo de oscuridad”
Gracias a todos los que han enviado a mi correo sus opiniones sobre el último artículo que aquí colgué en esta democrática página de Aporrea. Gracias y les recuerdo que yo no soy erudito en un carajo: suelto lo que me dicta mi consciencia, mi indulgencia y mi falta de coherencia. A mí se me van las plurales y las singulares y a veces hasta pierdo los riales metiéndome donde no puedo a saborear una miel y los gringos produciendo bombas y más bombas pa´ jodé al mundo, nojoda…
Pero los misiles contra Nicolás siguen guiados por las computadoras de charlatanas y charlatanes que andan arrechos, no sé me dijeron, porque lo de ellos es “apantallar y apantallar”. Estos genios de la opinión, quienes se hacen llamar eruditos de la izquierda se arrechan cuando uno les dice lo que siente. Desde los años 60 andan con la misma cantaleta de Marx, Lenin, Engels y Mao con la libretica dentro del sobaco (suena horrible, pero qué se hace) parándose en cada esquina a dar charla de “como el mundo se salvaría con sus conceptos”, pero ¡coño, nojoda, esta revolución es Bolivariana!)
En este instante se han unido a favor de Samán, dejando a un lado a Julián. Hay uno de estos que dijo: “Si le dan asilo a Snowden y no a Julián yo me voy a enojar”, como que si él fuera el papa de los helaos en Aporrea. En un gran combo se unen para decir que a Samán se le echó pega loca en la suela de sus zapatos para que no siga buscando corruptos; son unos locos del fanatismo. Otro agregó que a Samán se le programó un tiempo para ir al baño y otro para lanzarse flatulencias, claro si no toma ENCIMAS.Y todo esa vaina es contra Nicolás Maduro. Nunca dicen, nada escriben que el hombre de Coche le está poniendo un mundo, que no descansa, que anda de estado en estados tratando de darle a entender a la gente que significa ser portados de UN LEGADO al propio estilo de Chávez. Para estos marruñecos de la escritura la protesta es un ritornelo a los años 60 contra los gringos en Vietnam, caminando por las calles de París a la luz de Jean Paul y su compañera en aquel mayo francés sin callos y “haz peso; la sociedad se hunde”, verdadero Isidoros por las calles de los cielos, que nunca entendieron que esas “luchas” fueron pajas de las buenas (nunca se logró un coño)
Se unen para pedirle al gobierno que solucione todos los males IN SITU mientras azuzan el fuego metiendo sus palos caídos, sin fuego, ni en la punta ni atrás. Muchos de ellos fueron compañeros de Teodoro y Pompeyo, ese par de eunucos serviles y jala bolas vejetes con más arrugas que un acordeón de vallenato, en aquella cabalgata de LAS GUERRILLAS. Se leyeron el Lobo Estepario, Madre, llorando como hienas con el Diario de Ana Frank del cual hoy despotrican y Bajo las Ruedas de Hesse. Algunos de ellos se sienten alagados cuando hablando de Kafka dicen que “el personaje Gregorio Sansa…” Se imaginaban intelectuales, nuevos José Rafael Pocaterra, Ángel Mancera Galleti, revolucionarios ídem Fidel, Che, Sandino, pero ni por el carajo, jamás, nombraban a Ezequiel Zamora ni a Maisanta, ni a José Leonardo Chirinos, veían a Alí (perdonen la cacofonía) de soslayo: eso, lo PATRIO, se lo enseñó Chávez y ahora quieren cayapearle al hijo, no me la jodas…
