Miguel Ángel del
Ustedes pensarán porqué nos referimos a las continuas sugerencias, a veces no tan sugerentes, frases-consejos que expone, tanto por escrito como en sus palabras orales, durante este proceso revolucionario el periodista, José Vicente Rangel Vale (JVR).
José Vicente Rangel (JVR) es, además de periodista, “el político” que ha transitado por esos caminos empedrados, torcidos, llenos de zarzales, empinados y en profundas caídas que ha sido la política venezolana, prácticamente, desde antes de su aparición política en los escenarios álgidos de la “extraña forma de hacer política en Venezuela” del mencionado político y periodista (JVR), sus pasos durante su transitar por la 4ta. República y asumiendo, muy seria y vehementemente, sus responsabilidades revolucionarias junto a nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías.
Es no solo de mezquinos no reconocerlo sino de una soberbia que lleva al ofensor por los caminos de las amarguras personales. La envidia contra-virtud que ha causado ingentes dolores históricos cuando de perfectibilidades sociales se ha tratado. Bien lo exponía Karl Marx y muchos antes que su persona cuando, en reflexión, alcanzaban conocer los verdaderos significados de la alienación. Nos podríamos preguntar sí durante la sociedad esclavista, en tiempos de la sociedad feudal, en aquellos densos pecados seudo-religiosos del Renacimiento y los asesinatos cuando la “Comuna de París” por solo guiarlos a la reflexión histórica. Es decir, ahora conversamos, con conciencia y convencimiento, sobre socialismo pero ¿a cuál socialismo nos estamos refiriendo actualmente cuando recomendamos a “tirios y troyanos” adherirse al “socialismo”? ¿Nos estamos refiriendo al socialismo de Louis Auguste Blanqui, de Karl Kautsky, de Federico Engels, al socialismo de León Trotsky, a los pensares de Joseph Stalin, a las propuestas de Walter Benjamin para dar un salto histórico para así no referirnos, por ahora, a Ch´u Ch´ui pai, a aquellas ideas de Georgi Plekhanov, Nikolai Bukharin, Zhang Guodao, Chen Duxiu, Ho Chimin, Mao Zedong, of course, Vladimir Ilich Lenin? Solo algunas referencias para sus disfrutes y fines consiguientes.
Como se podría deducir de lo inmediato anterior con relación al concepto: “socialismo”, por razones de ética revolucionaria, deberíamos, en primera instancia, conocer a cada uno de los conceptos-interpretaciones que, por ejemplo, los proponentes referidos definían en cuanto su reflexión conceptual del socialismo con relación directa a su entorno socio-económico y político temporal-histórico; sí a ello nos adicionamos la propuesta de nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, sobre “socialismo del siglo XXI” entonces deberíamos exponer en un esquema-cuadro cada uno de los autores que trabajemos, su concepto de socialismo que ha propuesto, el y/o los años cuando propusieron su concepto de socialismo y cuál era el ambiente socio-económico-político-
En ese orden de propuestas, conocemos las diferencias entre los conceptos que se expresaron durante las diferentes Internacionales y en ese marco referencial conocer las diferentes propuestas social-democráticas de los actores históricos, las importantes incidencias conceptuales del anarquismo en un ambiente histórico referido, las consecuencias que se procuran cuando conocemos la praxis de un concepto “socialismo” con sus realidades circundante nacionales e internacionales. Como podemos extraer de nuestras letras, hablar de socialismo, en general, requiere un serio estudio histórico-político desde sus primeras expresiones conceptuales hasta, por ejemplo, la elección del Comandante Chávez Frías como Presidente de Venezuela para, posteriormente, caminar por el concepto: “socialismo del siglo XXI” propuesto por Hugo Rafael Chávez Frías.
Ahora a “pisar callos” como debe ser porque estamos en el proceso revolucionario de la Revolución Bolivariana que es bolivariana, nacionalista, chavista, internacionalista y “socialista a la venezolana” conjuntamente con la realidad inobjetable de ser la “revolución cívico-militar” nacional-venezolana. Para ello nos permitimos preguntarnos sobre ¿cuáles son las diferencias entre la propuesta socialista venezolana y el pragmatismo criollo? ¿Cómo podría incidir nuestro “socialismo a la venezolana” con las mentalidades burguesas, pequeño-burguesas, clases medias, obreros y campesinos, financieros y comerciantes, militares y estudiantes? ¿Cómo, entonces, podríamos precisar y aceptar cuando conversamos sobre socialismo, particularmente, el referido al “socialismo siglo XXI”, nuestras propias realidades sico-social-históricas actuales ante dicha propuesta de su incorporación al proceso cívico-militar revolucionario venezolano ante esas realidades objetivas y frente a las próximas elecciones del 8-D?
José Vicente Rangel Vale en su texto de los días lunes (Últimas Noticias. ElEspejo, lunes, 5 de agosto de 2013, pág. 16ElPaís) titulado: “El 8-D y el triunfalismo” nos muestra con el siempre impacto que le caracteriza que el triunfalismo revolucionario chavista lo “…percibo euforia…” No es cualquiera comentario político y para precisar su opinión en vasta experiencia política concreta que “…guiarse por el resultado de determinada elección, con perfiles propios, y extrapolarlo, no es científico…” Como siempre, JVR “se deja caer” con el concepto “científico”. Tremendura de político con “tabaco en la vejiga” (sorry, JVR); pero no se queda ahí, como siempre, cuando expone que “…lo recomendable, es contactar el mayor número de electores –el fantasma de la abstención acecha las municipales-, y desconfiar del triunfalismo. Este es el peor enemigo…” En este contexto, nos obligamos a preguntarnos: ¿cómo conjugamos la objetiva realidad expuesta por José Vicente Rangel Vale sobre la próxima realidad de las elecciones del 8-D con la frase “…no es científico…” (JVR dixit) y el “socialismo del siglo XXI” en el marco referente de la Revolución Bolivariana, nacionalista, chavista y socialista cívico-militar?
Nos cansamos de tanta “pajita dialéctica” y lo dejamos en sus pensares para que ustedes, lectoras y lectores, concluyan en su “ética revolucionaria y su sicología socialista revolucionaria bajo el ejemplo ético-moral del franciscano Hugo Chávez”.