En esta guerra de artículos y opiniones distintas que nos hacen entender, que gracias a que vivimos en un sistema democrático podemos discernir o tener diferencias entre seres pensantes que seguimos el mismo ideal, no es precisamente la razón, la más elogiada, por el contrario, nos damos cuenta que debemos esforzarnos más en la investigación, en el estudio permanente de cada una de las situaciones que le van dando forma a esta revolución bonita, para poder argumentar u opinar sobre algo que estamos viviendo y que además conocemos.
Los procesos políticos por los que estamos transitando, deben ser comprendidos por toda la sociedad, entendiendo que está a su vez está conformada por recién nacidos, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, comunidad universitaria, clase obrera, pobres, clase media, ricos, empresarios, empleados, explotados y ociosos; y es que un gobierno no es solo la autoridad que dirige, controla y administra las instituciones del Estado, el cual consiste en la conducción política general o ejercicio del poder de la republica, sino más bien el que logra concienciar que la nación está conformada por todas estas aristas sociales que debemos organizar.
La Revolución Bolivariana a costado Dios y su ayuda para consolidarse, sin embargo podemos decir hoy, que estamos al menos en un modelo socioeconómico distinto y que además ideado desde las vivencias del pueblo y no de la academia, es un gobierno eminentemente Popular, eminentemente legítimo y eminentemente luchador, la historia nos conduce a las respuestas inmediatas que nos hace el presente, las respuestas nos han dado el respaldo del Poder Popular para seguir avanzando y esto es el resultado, de saber vivir y sentir las calamidades y éxitos que hemos compartido durante años con nuestra gente.
¿Pero quién es nuestra gente?, ¿son acasos los oposicionistas que vestidos de rojo ocupan los lugares dignos de un camarada desempleado?, ¿son acaso los que sonríen al patrono y a la salida destruyen a la institución, por creer estar haciendo lo correcto? ¿O es el patrono comprometido que no tiene tiempo para los problemas de sus empleados? La autocritica viene surgiendo como un boomerang que le corta la cabeza a quien crea tener la razón, la pregunta no es quien corta la cabeza, sino mas bien ¿Por qué?
Es una reflexión que no ha perdido vigencia en el tiempo y hoy ya estamos viendo los resultados de tantos esfuerzos en esta guerra de artículos y opiniones, donde vemos que el Poder Popular vuelve a tener voz y los que creyeron estar “humildemente” en la silla de los intocables, vuelven a poner los pies en la tierra, por esta razón es que el pueblo no se cansa de decir “Chávez vive” y es que gracias a esta fusión con su amado pueblo, hoy la conciencia y la moral de un revolucionario no se discute ni se comprueba ante el fascismo o conductas ajenas a nuestra opción de vida llamada revolución bolivariana.
Hoy no esperamos el reconocimiento de nadie, más que con trabajo, hoy no esperamos el abrazo falso y diplomático del consuelo, sino más esfuerzo, hoy no esperamos más papeles engavetados, sino más bien respuestas, hoy esperamos que los millones de papelitos con peticiones reales, sean respuestas concretas, hoy solo esperamos que el legado de Chávez siga siendo libre y de buenas costumbres.