Ay, me duele el alma. Me duele hasta la medula. Me duele la cabeza y los huesos. Me duelo todo, otra vez, otra vez más, ver a los niños sin ojos o lenguas, las piernas y los brazos rotos, intencionalmente, por los mercenarios del terror, pagados por los gringos y sus aliados para aterrorizar la población, al Pueblo inocente, a las familias, como la tuya, la mía, dispararles por órdenes militares a los ancianos, indefensos, violar a tus hijas y a tu madre, para volverte loco, lanzar bombas sobre hospitales, destruir escuelas y Mezquitas, incendiar barrios, destruir plantas procesadoras de aguas blancas, bombardear, con drones las instalaciones de producción de electricidad, lanzar plomo caliente sobre tu gente, y fosforo y azufre, y envenenarlos con uranio, para que tus hijos mueran de cáncer, y tus nietos salgan deformes, con un solo ojo, o uno en la frente, y el otro en un hombro, y 3 “patas,” sin boca, para alimentarse, y sin ano, para evacuar, se muere podrido, por dentro, el orgulloso resultado de los gringos científicos del terror, y sus aliados del basurero de la humanidad, EEUU, Israel, y la OTAN, un éxito militar más, y te mandaran “ayuda” después, después que pierdas todo, incluso tu más básica dignidad, y tu familia, tu esperanza, tu felicidad, tus sueños, y los de tus niños, y si tratas de defenderte, te torturarán, y a tu padre y a tu tío también, te mataran por dentro, y mientras tanto no hay nada que podamos hacer para ayudarte Hermano, Hermana, me duele, mucho, no quiero ver el futuro, pero lo veo, el futuro ya se ha presentado frente a mí, y creo que tú lo sabes, morirás, falta poco, Pueblo Digno, Pueblo Sirio, te acusan de usar armas químicas, pero sabemos que son ellos, los hijos e hijas del Diablo, no tú.
Como dijo nuestro querido Chávez, huele a azufre.
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