Es muy probable que antes de que termine septiembre, este que soy deba ir al reformatorio a purgar los pecadillos de todo el año, los que por cierto no son muchos; y, luego que recale, unos buenos ratos en el monasterio y muy en especial en la capilla, no me harían mal, antes de que una llovizna bajo techo me azote mientras espero, probablemente, la sopa caliente.
Me gusta encapillarme cada vez que regreso del penal porque un buen rezo me aclara el galillo.
Ya para Diciembre debo estar acá, fino para votar por el PSUV, no sin antes aportarle mi modesto concurso físico: patear la calle con los muchachos del club de los pobres, que seguramente andarán infatigables, metidos de lleno en el remate de la campaña buscando un votico aquí, allá y acullá.
Mas, al grano porque se hace tarde:
No hay ocasión alguna previa a cada elección nacional, en la que Monseñor Vicente Díaz no salga a declarar necedades contra este rééégimen tiránico y despótico y, por cierto y aunque usted no lo crea, contra el mismito ente en el que él hace de reptor en vez de Rector, el CNE.
Peor aún es que los hombres de este país Venezuela nos sintamos honrados por el desempeño impecable de cuatro mujeres ejemplares que encabeza la tan bonita Tibisay Lucena, mientras que el único hombre de ese quinteto, el tal Vicente Díaz más parece una comadre de cotilla estéril que un hombre de Estado, y quien debería representarnos dignamente pero no es así, luego cobra fuerza la tesis de que las mujeres son mejores y más dignas que los hombres, para gobernar.
La especie de que las mujeres dignas gobiernan tan bueno, tanto como mil veces mejor que ciertos flatulentos -helo ahí al susodicho- no es coba, es la mera verdad; mas, no se trata en sentido lato de todas las mujeres sino de muchas mujeres; a decir verdad hay mujer malandra que juega garrote, he ahí por ejemplo a la diputada Schwarzenegger, la propia malandra, que no obstante, se la echa de fística, pero ella podría estar detrás de los malvados apagones que molestan a la ciudadanía, no olvidemos que esa es el área en la que su familia se movía cuando el brutal incendio de Tacoa.
(Recomiendo leer en red: “La diputada Piromaría Machado”).
Aposté un frasco con los muchachos del “Club de los pobres” a que el sujeto va a salir a hablar necedades, antes de que termine septiembre.
Si ese tipo hace mutis hasta entonces yo voy a tener que pagar un bicho del que, por cierto, no podré probar siquiera un cc; pero sí él habla estupideces, entonces yo celebraré y, ¡quién quita, yo podría enviarle como recompensa, aunque sea una caja de corocoro, al menos, la comprobación de que no hay mal que no venga por bien.
¡Ah, lo de Monseñor le viene al pelo al tal Vicente Díaz porque él es de alta alcurnia, además que es muy “religioso” con eso de hablar necedades, pero fundamentalmente, porque es intrigante!
Otan:
Lo de Monseñor, valga sin comillas porque se trata de diablo muy parecido a otro(s).