Cuando esto escribo ya están definidos los cuatro cupos para el Mundial de Baloncesto en España 2014 que se disputaron en Venezuela, en el que nuestra selección tuvo un papel estelar. Muchos no le daban ni el beneficio de la duda de pasar a la segunda ronda. No solo pasamos, sino que estuvimos a punto de ganar el cupo mundialista. El juego contra Puerto Rico nos dejó anímicamente agotados y la certeza de que contamos con un buen equipo con condiciones para llegar más lejos en este difícil deporte de conjunto. Y también nos dejó un mal sabor en la boca el arbitraje que en ese mismo juego dio por válido un tiro triple cuando ya se había agotado el tiempo de 24 segundos para encestar.
Más allá de las consideraciones de fanáticas y fanáticos, que van desde querer expatriar a Donta Smith hasta los que se sienten tan orgullosos que afirman que el equipo debe ser recibido por Maduro en Miraflores así hayan perdido, hacer un recuento del torneo es justo y necesario.
El equipo deportivo de TVES, la presencia del Gabriel “El Jabao” Estaba entre los comentaristas, la excelente técnica que acompañó a todas las transmisiones que se pudieron ver en “jaidefinichon” o HD por sus iniciales en inglés, el Poliedro acondicionado con el esplendor y el cuidado que se merece, son datos de la realidad que nos hacen sentirnos satisfechos y satisfechas del trabajo hecho como anfitriones de esta edición de la Federación Internacional del Baloncesto para las Américas.
Aun perdiendo ganamos como país, como venezolanos y como fanáticos del deporte de los gigantes. No obstante considero que hubo un excesivo abuso de la publicidad. Los reyes de la publicidad mundial, es decir, los gringos, tienen varios torneos deportivos en los que los uniformes de los jugadores están libres de publicidad. En las Grandes Ligas de Beisbol, los uniformes de los jugadores solo llevan impreso su apellido, el número y el nombre del equipo.
En Venezuela es grosero el uso de la publicidad en beisbol y en básquet profesional o pagado. Los uniformes tienen tantos logos de productos que casi no se ve el color de las franelas. También hay publicidad en el tabloncillo. En el evento internacional que organizamos aparece el Banco Bicentenario. Ambas publicidades son invasivas y contaminantes.
El Bicentenario es el patrocinador oficial del evento a juzgar por su “presencia”. Lo que no debe hacer una institución del Estado es “competir” con el nombre del país en los uniformes de los atletas. ¿Por qué no promocionar a nuestro país y sí promocionar un banco? Usar la actual campaña de Mintur para invitar a visitarnos: “Venezuela el destino más chévere”, en un evento que se ve en distintos países, sin la firma de Mintur, por supuesto, era oportuno. Sigamos…
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