Esta es una pregunta que inmediata y unánimemente tiene una respuesta; PODER POPULAR.
Estamos muy claro que el poder en manos del pueblo es una condición ineludible para lograr realmente el fin supremo de refundar la Republica, como bien lo acordamos en nuestra constitución.
Ahora bien ese poder, que evidentemente es un poder revolucionario, porque posee la fuerza y el vigor para cambiar las cosas y eso es precisamente revolución (cambio); ese poder tiene que interpretarse y construirse desde una reflexión revolucionaría.
Lo dicho pareciera una reiteración innecesaria, pero no lo es, lo que queremos destacar es que tenemos que desaprender el concepto y la praxis capitalista del poder.
Si buscamos el bautismo de algún líder político destacado o de algún representante de un ente gubernamental, o algún nombramiento o reconocimiento oficial como las opciones de hacernos con el poder, entonces no nos quedara otra que hacer la política del lobby, congraciarse y apoyar algún grupo o tendencia que medran de las actividades políticas, estaremos torpemente siguiendo el camino trillado del poder burgués, ese poder que se asocia al status que da el monopolio de recursos ya sea económico, político, institucional e informativo muy distinto al poder revolucionario, al poder popular, que es el poder de la conciencia colectiva y organizada.
Esa práctica burguesa del poder, se hace efectiva con simples nombramientos y adjudicación de chapas, es circunstancial y efímera, dependerá siempre del padrino de turno, en cambio el poder revolucionario el poder del colectivo, el poder popular se construye día a día luchando para no dejarse arrastrar por ese campo magnético, perverso y manipulador del poder constituido.
Exactamente ese poder constituido es el poder que debe ser derribado por el poder popular para construir revolución, para refundar la patria; entonces si nos dejamos persuadir por su proceder y hacemos costumbre su conducta, simplemente nos digiere, nos traga y parafraseando al Comandante Supremo estaríamos cayendo en el círculo metabólico del capitalismo y mas temprano que tarde el Socialismo Bolivariano seria otro ilusorio intento de revolución.
Construir poder revolucionario, poder popular pasa por asumirnos como soldados del colectivo en procura de nuestros grandes sueños compartidos y no aprovechar el colectivo como soldados para alcanzar nuestras insignificante ambiciones individuales.
No se trata de una visualización romántica del poder popular, existen casos emblemáticos e histórico concretos en que la conciencia colectiva y organizada es el poder necesario; el 13 de Abril del 2002 no se espero por chapas, nombramiento o la autorización de tal o cual funcionario, fue el pueblo, el colectivo hecho conciencia que practicó lo que en el diccionario se dice del poder: Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo.
El 13 de Abril no hubo más ambición que la patria, nuestro deseo individual estaba en consonancia con un deseo colectivo: rescatar a nuestro comandante Chávez.
Los caminos de Abril son los senderos para la construcción del Poder Popular, donde la entrega, la solidaridad, la unidad, honestidad y todo en franca y transparente exposición al poder contralor del colectivo.
No esperemos que el estado nos haga la revolución porque el estado no se hace el harakiri, ni esperemos que contra el saboteo y la especulación en cada bodega se ponga un fiscal del gobierno, ni que los gerentes de las empresas del estado anuncien la creación de los consejos de trabajadores, estas son tareas que no se delegan a instituciones o personalidades entonces para que hablamos de democracia participativa y protagónica.
Hoy más que en el 2002 tenemos como hacer las cosas sin caer en la anarquía, tenemos organizaciones de base, los consejos comunales, las comunas, todo el basamento jurídico, el Plan de La Patria y tenemos la inmensa estatura moral representada en la memoria de nuestro Comandante Eterno.
"La revolución no se puede confiar a la autoridad del Estado"
Thomas Sankara
Saludos
José Ovalles