Ahora, el presidente Nicolás Maduro es el centro de la diana al no permitírsele transitar el espacio aéreo de las colonias estadounidenses, como Puerto Rico. Es que, los estadounidenses nos han etiquetado como gobierno de izquierda y desean tapar nuestra gestión a favor del pueblo. A ellos, solo les interesa el capital, como la ubicación de las fuentes de energía natural. A nosotros, nos interesa la inversión productiva y en China, debe llegarse a buenos acuerdos para beneficio de toda una región, como la latinoamericana.
Hay una condición razonable, como es invertir en cuotas de empleos y culminar las obras de infraestructura por culminar, más allá nos encontramos con el salario y los recursos presupuestados para labor social. En este sentido, se debe asumir una posición para ejecutar algunas acciones con los concejos municipales.
Hay que andar mosca. A los estadounidenses no se les puede consentir, sobre ellos, debe hacerse un control permanente, porque su manera de actuar es guerrerista, utilizando cualquier artilugio para defenderse de la ética ciudadana. Como política, ya que la ONU se confabula con los Estados aliados. Y de cualquier información posible. Lo importante es que todo se aclaro sobre la hegemonía de Estados Unidos hacia sus colonias.
Ya la banca ha dejado de ser un tema tabú. El Pentágono necesita dólares y tener buena amistad con casas matrices ubicadas en sus colonias como Puerto Rico, no encuentran la manera de ampliar su cobertura y revalorizar su capital. Los bancos domésticos son los que más han sufrido, los deseos de guerra de los presidentes norteamericanos. Ellos, saben que tienen una economía bajo presión y no pueden seguir esperando que se den las condiciones según la fuerza de los inversionistas.
El presidente, Nicolás Maduro va a China a una consulta de inversión y abrirse a nuevos mercados, es un atractivo para fortalecer nuestro mercado interno., como traer maquinarias novedosas para la agricultura y ciencias médicas. No es fácil, con un Estados Unidos despierto tratando de controlar el Medio Oriente y ahora el Mar Caribe.
La duda presente con los inversionistas es la opción, a una acogida en el mercado interno para poder tomar una decisión y, acabar con las incertidumbres del mercado, Venezuela debe avanzar.