En la consuetudinaria estructuración y fortalecimiento del poder popular organizado destaca la tarea política del gobierno de calle como posibilidad de diagnóstico, registro y sistematización de las dinámicas de las comunidades que construyen agendas múltiples y colectivas en las cuales el pueblo se suma y organiza en la perspectiva del sujeto generador de gobierno y no como simple espectador de políticas gubernamentales.
En el gobierno de calle los ciudadanos no son meros convidados sino que por el contrario son generadores, articuladores y beneficiarios de la gestión de gobierno que se diseña a partir precisamente de esta fructífera y avanzada forma de tomar decisiones.
En el gobierno de calle, la propuesta del poder popular, nutrida de la clara vivencia y la natural pertenencia al ámbito donde se realiza, es una de las expresiones más evidentes y políticas del sistemático ascenso al poder, por parte del pueblo, que se ha garantizado el pueblo mismo a través de la revolución bolivariana dirigida por el comandante Chávez y ahora comandada por el compañero presidente Nicolás Maduro.
Tuve la suerte de asistir a una experiencia de gobierno de calle realizada en La Morrocoya, al sur del estado Monagas, donde en estupenda articulación la gobernación, la alcaldía de Maturín, el Consejo Legislativo, el PSUV a través de la tutora del municipio, y el poder popular organizado hicieron posible un proceso donde se atendieron y solucionaron múltiples problemas de manera eficiente y pertinente.
Fundamentados en el pleno conocimiento de su propia realidad, la comunidad reflexionó de manera profunda en torno a los aspectos que debían ser atendidos y, debido a previos procesos de investigación, consulta, análisis y procesamiento, pudo articularse la jornada de gobierno de calle como la expresión de todo un sistema en el cual el pueblo es el sujeto protagónico que diseña y logra la realización de la política hacia su propio ámbito o comunidad.
Pudo hacerse posible entonces el financiamiento a numerosos productores agrícolas en función de la profundización de la soberanía productiva y alimentaria. Pudo también asumirse el compromiso de dotación de ambulancias y mejoramiento de instalaciones de salud pública. Se hizo posible la solidaridad del pueblo consigo mismo al identificar a ciudadanas y ciudadanos con dificultades económicas a los cuales se les apoyó con electrodomésticos y materiales para la ampliación de viviendas. Se asignaron becas a estudiantes y apoyos económicos a numerosos adultos mayores.
Sería muy amplia la enumeración de logros que obtuvo el poder popular gracias a esta posición revolucionaria asumida por la gobernadora yelitze Santaella, por el alcalde José Vicente Maicavares, por el presidente del CLSEM Vicente Carvajal y por la tutora del Municipio Isis Pérez, quienes en clara sintonía con los mandatos del gobierno nacional avanzan en una tarea consuetudinaria de gobernar con el pueblo.