Por aquí pasaron los libros, yo los ví

Son las 9 y 47 de un día de junio de 2024, una lluvia intensa arropa la ciudad. Un libro que adquirí en el módulo expositivo de la editorial Vadell me hace recordar a la FILVEN 2024. Recuerdo y escribo desde la convicción.

Anualmente, cuando la Feria Internacional del Libro de Venezuela llega al estado Monagas, siempre llueve. Llueve como celebración, la tierra y el cielo festejan con nosotros.

En la sala Lucía León, de la Lotería de Oriente, se desarrollaron actividades, y en su periferia se construyeron espacios expositivos. La presencia de las editoriales fue determinante para la alegría, los libreros bajaron sonrientes del autobús, los libros parecía que necesitaban volar en el cielo lluvioso de Maturín.

La editorial Hermanos Vadell, homenajeada por sus 50 años de militancia irreductible al lado del pueblo, era la vanguardia e iba acompañada por las ediciones de la Defensoría del Pueblo. Trinchera y un numeroso grupo de editoriales nos trajeron sus novedades.

Maturín se estremeció por los libros y su periferia: foros, presentaciones, recitales. Niñas y niños de la Escuela de Poesía Juan Calzadilla presentaron la revista Contraseña, su antología y leyeron poesía.

Los libros venían del centro del país, antes habían estado en Delta Amacuro, Anzoátegui y Mérida. Arribaban a Maturín y luego seguirían en su ruta de saber, resistencia y victoria.

En la FILVEN 2024 se expresa con claridad el estupendo país que somos y que resiste la agresión del imperio estadounidense sin dejarse arrodillar. Un país, un pueblo en batalla que no abandona ni descuida la sensibilidad y que por el contrario construye posibilidades del espíritu mediante políticas estratégicas de apoyo al libro, la lectura y la creación.

El gobierno no será abatido por la agresión de la oligarquía venezolana, ni se rendirá a los embates criminales del gobierno de los Estados Unidos y sus súbditos.

Ernesto Luna y Ana Fuentes, Gobernador y Alcaldesa de Monagas y Maturín, respectivamente, dieron apoyo total a la actividad.

Somos república lectora y somos compromiso colectivo que se articula para que los libros y su simbología transversalicen al país y profundicen el acceso a la lectura y la creación.

Me gusta pensar en la FILVEN como si fuese una serpiente emplumada que cruza la patria pronunciado la poderosa voz de los creadores y creadoras. La feria recorre los pueblos de Venezuela y simboliza el enfrentamiento a bloqueos y coerciones que se articulan en contra nuestra para eliminarnos como referentes y resignificadores mundiales.

Se trata de eso, la tarea de nuestros enemigos es depauperarnos para que nos constituyamos en la simbología de lo inconveniente y lo aborrecible .

El proceso bolivariano amenaza la hegemonía cultural estadounidense, que con todos sus códigos desfragmentadores y deshumanizantes, trata de establecer la violencia como hegemón y la muerte como paradigma.

Venezuela cultiva la vida y por ello los libros referencian nuestra militancia.

Es bueno ver los libros avanzar por la república y construir rutas donde la palabra nos encuentra y multiplica.

Corresponde saludar la gestión del Ministerio de Cultura y del Centro Nacional del Libro.

Es bueno saber que no abandonamos nuestra identidad de gente de sensibilidad y ternura. Es bueno saber que el gobierno considera a la cultura como algo urgente e imprescindible.



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Miguel Mendoza Barreto


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