Hay que sentir la Revolución, eso es imprescindible para mantenerla. No podemos estar apostando por posturas antirevolucionarias de que algún candidato nuestro pierda.
El hacerlo, nos convierte en traidores al movimiento revolucionario, con el enemigo no se pacta, simplemente se combate. He visto con preocupación actitud de muchos revolucionarios que apuestan a la derrota, no quieren entender que la derrota el próximo 8 de diciembre es la derrota del socialismo contra el capitalismo.
Su corta visión les impide reconocer que aquí no hay medias tintas y que como lo dijo José Félix en La Victoria; no podemos escoger entre vencer o morir; es imprescindible vencer.
La guerra contra Venezuela, para nadie es un secreto; que al Presidente Maduro se la han hecho más dura. Aceptemos que en estos momentos no podemos ni cruzarnos de brazos ni apostar a la derrota. Hacerlo sería convertirnos en traidores y como dijo el Comandante Eterno: “Patriotas de Venezuela; hombres y mujeres; rodilla en tierra. Unidad, unidad de los patriotas. No faltaran los que traten de aprovechar de coyunturas difíciles. Ante estas nuevas dificultades, del tamaño que fuere, la respuesta de todos y de todas; los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos las patria en las visceras; como lo dice Augusto Mijares; unidad, lucha, batalla y victoria.
Legado que no podemos borrar de nuestras mentes los que “sentimos la Patria en las vísceras”. Por esto debemos participar en este nuevo reto que nos enfrentaremos el próximo mes de diciembre.
Pienso que no tenemos la excusa de decir que no nos dan espacios, debemos irrumpir esos espacios y participar en este nuevo combate por la construcción del Socialismo Bolivariano.
Ese es el deber de todo revolucionario, que no es otra cosa que hacer revolución. Entonces Revolucionarios es el momento de marchar en recia multitud a romper las cadenas de vil esclavitud, como dice la canción. Es un deber para que en el futuro nuestros hijos no nos reclamen el no haber asumido el compromiso histórico de legarles un mundo mejor al que nosotros recibimos.
Rodilla en tierra y el dedo en el gatillo a defender la revolución, así sea con nuestras vidas. Aquí no hay posibilidades de pactar con el enemigo. Tenemos que enfrentar y derribar a los gigantes como aquel caballero de la triste figura.
No tenemos otra alternativa, el enemigo no juega y hay que salirle al paso como el Quijote y Sancho al mismo tiempo para convertir este diciembre en aquel abril heroico. La victoria es el norte que debemos tener. Al enemigo ni agua y nos jugamos demasiado…