La humildad de nuestros políticos

¿Quién no ha sido atropellado por escoltas o el equipo de gobierno de algún alto funcionario de oposición o gobierno que al caminar o circular por cualquier parte de la ciudad va abriendo camino como si éste, por ser funcionario o político reconocido se convirtiera en un ciudadano con privilegios? Es verdaderamente lamentable que además de los funcionarios, que en el abuso de su cargo asumen una postura de clase privilegiada, los políticos, aquellos que permanentemente piden apoyo al pueblo para acceder a puestos electivos de poder, cuando llegan al cargo, ya no caminan las mismas calles ni hablan con las mismas personas. Insisto, no son todos, pero con los que lo hacen basta.

Los políticos, no todos pero si un número importante, en especial aquellos con presencia mediática y/o que han manejado importante cantidad de recursos del Estado, que generalmente vienen de abajo, que algún día fueron humildes ciudadanos, ya no se montan en el Metro, ya no hacen mercado, nunca hacen una cola en un banco o van a pagar sus servicios, y esto hace que definitivamente se desconecten de la realidad de su entorno originario.

Parece además que no es un asunto ideológico, ya que tanto aquellos que profesan pensamiento de derecha como aquellos que pregonan ideas de izquierda caen en el mismo juego. El sistema de la Administración Pública, tal como está concebida hace que estos políticos al llegar ha determinados cargos, de inmediato acceden a escoltas, asistentes y pare de contar, una serie de personas que le hace la cohorte, lo bloquean y lo aíslan de la realidad que hizo que accedieran a dichos cargos. Algunos gustosos acceden a estos privilegios y además los justician, y aún peor, hay ciudadanos que consideran que es adecuado que esto pase.

Políticos para los que no existen las colas ni las aceras, por tanto esto no es un problema para ellos, dejan de ser peatones, olvidan que es montarse en el Metro a una hora pico, se olvidan del barrio donde nacieron y asiste a uno cuando está obligado ha desarrollar algún acto proselitista o institucional. Quizá su trato con la gente puede ser el mismo en el mejor de los casos, pero ve ajeno el sacrificio de estas personas en una cola durante 3 o 4 horas para comprar algún bien básico, e incluso puede ver como un logro de su acción política que esto pase gracias a algún "operativo" que después de varios años lo que demuestra es que no hemos avanzado nada en mejorar la calidad de los servicios.

A los militares y civiles para los que no existe un semáforo, ni una cola, les pido que por favor, aunque no vuelvan a vivir más nunca una situación como esa, recuerden que el 99% del pueblo si vive todos los días estas y otras situaciones que indignan, y en especial a los camaradas del alto gobierno les recuerdo que ellos están ahí porque en algún momento dijeron que eran socialistas, y el socialista propugna por la superación de las diferencias de clase, así que por lo menos disimulen mis estimados compas.



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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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