Sanciones necesarias

Los venezolanos debemos tener muy en claro un asunto vital para el desarrollo de nuestra sociedad, como es –aunque parezca que no es así- la sanción pecuniaria a quien irrespete las normas que nos hemos dado.

Lo anterior lo decimos y reiteramos porque, aunque parezca una mentira, a las personas les duele mucho mas que le toquen el bolsillo y le hagan pagar una multa alta, que pasar dos, tres y hasta quince días en una jefatura por haber violado las normas hechas para que vivamos con cierta cordura, cierta disciplina.

Pero para que ello suceda de esa manera, es necesario que las autoridades entiendan que no pueden seguir con esa tradicional permisologìa que no nos conduce sino al caos. Creo que todos los que vivimos en este país debemos quererlo como corresponde y eso significa respetarlo.

No podemos tolerar, por ejemplo, que las personas se monten en las camionetas con vasos llenos de chicha, refresco y hasta con latas de cerveza, porque eso es tan real como beber agua y luego hecho el consumo, las lanzan desde sus asientos por las ventanillas a la calle.


Tampoco puede aceptarse hechos como el mostrado en Twitter donde se veía a un sujeto borracho, dormido, orinado y al parecer con el pene afuera, aunque esa parte la desdibujaron. Esa conducta es un irrespeto a lo demás que viajaban en el Metro y al resto de la sociedad.


Si hablamos de los semáforos, pues allì hay una violación enorme pues a los conductores les importa un pito la luz roja ya que la ignoran en ocasiones, mientras los transeúntes ven hacia todos lados a ver si aparece alguna autoridad competente que haga algo, si es que la quiere hacer.

En lo que concierne a los motorizados el asunto es peor de lo que se puedan imaginar los lectores. Es en esos momentos cuando los transeúntes (niños, ancianos, mujeres y demás adultos, con capacidad y sin ella, se juegan la vida al intentar cruzar las calles, porque el irrespeto hacia ellos es gigante.

¡Y no ha variado!

El problema es mas serio de lo que la gente pueda imaginar porque, al parecer, observamos que pareciera haber una maña interpretación o confusión entre el respeto de los derechos humanos y hacer cumplir las leyes.

Nadie dice que le caigan a palos al que se burla de la ley al incumplirla, solo hay que detenerlo hacerle pagar bien caro por su conducta inadecuada.

¡Lanzaste papel o desperdicio a la calle, pues paga tu multa!

¡Irrespetaste la luz roja, pues paga tu multa!

¡Elevaste demasiado el volumen de la música que escuchas, paga la multa!

¡Tomas y dejas pasajeros en cualquier sitio ignorando las paradas, pues paga la multa!

¡Conduces un vehículo destartalado, pues paga tu multa!

Y así sucesivamente, porque hay mucho desafuero que cometen algunas personas y no les importa si tienen consecuencias o no.

Un día antes de escribir esta nota me desplazaba en el Metro de Caracas y a los minutos una dama decía por el altavoz que no estén comprando a vendedores dentro de los vagones ni dando limosnas. No había pasado un par de minutos cuando desde el fondo del vagón un a personas decía: Una limosnita por el amor de Dios!

Y esas personas entran al Metro, al igual que los que llevan hasta maletas u ocho termos para la venta del café, porque no hay vigilancia policial en las taquillas y permite eso y mucho mas.

¡Hay conductas desviadas hasta para regalar y poocos son los sancionados por ello!

Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)



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Pedro Estacio


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