La oposición está haciendo una apuesta muy riesgosa en su afán de desconocer la legitimidad del camarada Presidente Maduro, no solo para ellos sino para todo el país, convocando para después del 8D a irrumpir contra el orden Constitucional provocando en la calle el mayor clima de violencia y agitación, sin importar los muertos, ni los resultados electorales, lo único que importa es su sed de poder, de venganza y de retaliación.
Es por eso que utilizando a sus representantes en Fedecámaras y su constelación de columnistas para criticar duramente las acciones de regulación y control que lleva adelante el gobierno revolucionario y sus instituciones, el trío del mal: Capriles, López y Machado hablan de protestar contra el gobierno y de salir de él, de castigarlo y de cambiarlo. Pero lo que no dicen es cómo van a cambiar al gobierno de Nicolás Maduro si solo se van a elegir Alcaldes y Concejales. Es evidente que tienen en marcha un plan desestabilizador cuyo punto de ebullición será el 8 de diciembre.
Y en el marco de ese plan está su obtusa posición de oponerse al proceso de regulación de precios que hoy se implementa en el país contra la escalada especulativa más feroz que comerciantes inescrupulosos hayan desatado contra el pueblo venezolano dentro del contexto de una guerra económica cuyas principales características son la escasez, la brutal especulación y la inflación, precisamente llevada a cabo por quienes reciben dólares preferenciales a Bs 6,30 y que pretenden vender lo que compran con ese dólar con referencia a un dólar paralelo que cuesta 10 veces más, siendo esto precisamente lo que genera la descomunal subida de precios en los bienes y servicios. Esta práctica especulativa, usurera, saqueadora del esfuerzo y del trabajo de la clase media y de los trabajadores, es rutinaria en el sector comercio, partes y repuestos, inmobiliario y de vehículos.
Nadie, salvo quienes sueñan con repetir el escenario de Carmona, puede justificar que un comerciante que compre a 100$ un producto, con dólares preferenciales a Bs 6,30, pretenda vender ese producto a 6.300 Bs, en un acto de usura y de saqueo del dinero del pueblo verdaderamente inaceptable. Y es en este escenario en el que la oposición pretende descalificar este proceso de sinceración de precios y de freno a la grotesca usura, afirmando que se trata de una medida electorera para ganar votos y que la gente va a tener neveras baratas pero no tendrá con que llenarlas. Es bueno que nuestro pueblo vea la posición de estos señores de la oposición para que sepan muy bien de qué lado se colocarán sus candidatos si llegan a ocupar Alcaldías y Concejalías, solo les interesará su plan conspirativo, nunca la justicia social y la defensa de los derechos de los mas desposeídos.
Sería una tremenda irresponsabilidad o un acto de insensatez de mi parte calificar a todos los empresarios y comerciantes de usureros y ladrones, pero la práctica del remarcaje debe ser desterrada de este importante sector de la economía nacional. Por su parte el gobierno debe garantizar que todos los que reciban dólares preferenciales tengan una estructura de costos y márgenes de utilidad que les permitan reponer los inventarios, seguir operando y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores. Pero la manguangua de comprar dólares a 6,30 y querer vender al precio del paralelo no será mas aceptada en este país porque el gobierno y el pueblo, en un claro ejercicio de democracia protagónica y participativa seguirá ejerciendo la contraloría social garantizando precios justos y no especulativos para el soberano, le guste o no al trío maléfico. Solo el Pueblo salva al Pueblo!
@williancontigo