Al caminar por la Historia de las Revoluciones podemos y, además, debemos analizar “casi todas” las situaciones en perfectibilidad que se van desarrollando en los procesos de cambios profundos que implican cualquiera revolución de la cual estemos refiriéndonos en un tiempo-temporal aceptado. Debemos explicar la idea propuesta previamente de “casi todas” de las situaciones que percibamos captar del proceso revolucionario en estudio como primer paso a conocer y reflexionar para abstraer tesis revolucionarias que pudieran ser referencia para otros escenarios revolucionaros. Es decir, por ejemplo, cuando nos referimos a un proceso revolucionario es obligante precisar, en primera instancia, si estamos en el análisis de un proceso revolucionario antes del correspondiente triunfo de dicha revolución, es decir, de los escenarios de desarrollo sico-social (entre otros) de dicha revolución en considerando los dos (2) escenarios lógico-revolucionarios en estudio: sea un proceso bélico como serían, en líneas generales, los procesos revolucionarios que se expresaron en Rusia, en China, Vietnam, Cuba, por mención. En un segundo escenario, nos consideramos el proceso que se fue desarrollando y desglosando y conocido como Revolución Bolivariana impulsada aunque no únicamente por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
En ese escenario de desarrollo es necesario y de rigor precisar que el proceso revolucionario que se manifestó en Rusia fue, profundamente, diferente al proceso revolucionario que se desarrolló en China como ambas revoluciones fueron muy diferentes a la revolución que se concluyó en Vietnam. El caso de la revolución en Cuba es digno de estudio en toda su dimensión más cuando nos atrevemos a tratar de conocer dicha revolución con los procesos revolucionarios de corte militar que se fueron expresando en la América al sur del río Bravo y en el Caribe. Así mismo, no debemos ni podemos negar los procesos de protestas, importantes en si mismo, que se expresaron en el denominado territorio estadounidenses más cuando nos adentramos a dos (2) de sus realidades históricas inobjetables; la primera de ellas que nos consideramos como muy importantes es la íntima relación entre la denominada “Conquista del Oeste” y el asesinato sistemático de las poblaciones originarias que poblaban aquella geografía que hoy denominamos como los EEUU de América. Para ir más a fondo, en considerando la segunda realidad histórica que nos consideramos importante en el necesario conocimiento de nuestra contradicción fundamental como es la “importación de mano de obra esclava africana” y las consecuencias no solo sociales sino también bélicas en la denominada como la “Guerra Civil” estadounidense. Según los actuales estudios estadounidenses pareciera que la “herida consecuencial de dicha guerra civil” se estaría expresando (aflorando) es estos días de crisis sociológica, económica e ideológica cuando nos referimos al impacto en realidad de que el huésped de la Casa Blanca es un afro-descendiente que impacta a esa sociedad sureña blanca-tradicional, cuando el impacto de la “Crisis de Wall Street” sigue estando presente en la realidad socio-económica que está incidiendo en el crecimiento porcentual de “pobreza y pobreza extrema” que se está desarrollando en aquel país imperial con proyecciones preocupantes, cuando la ideología está ocupando importantes espacios en los pensares de las clases dominantes cuando conocemos las expresiones del “Tea Party”, cuando conocemos las influencias de los sectores más radicales de la comunidad judía-esquenazi en el Poder, cuando analizamos la crisis actual de los denominados como “veteranos de guerra” quienes estarían ocupando un tercio de los ciudadanos que viven en las calles de las diferentes ciudades estadounidenses, cuando conocemos las contradicciones que la presencia de los “hispanos” y todas sus realidades sico-culturales que estarían ejerciendo influencias en la cultura impuesta por los “Padres Fundadores” lo que nos lleva a preguntarnos sí se estaría desarrollando un proceso de transformación importante a lo interno de la sociedad estadounidense que podría tener importantes efectos tanto en los sectores políticos como los sectores empresariado-comerciantes. Es decir, cuando hablamos de revolución deberíamos objetivar cuales son los paradigmas que califican a un proceso revolucionario en consideración y estudio.
En última instancia, nos preguntamos: ¿estamos en las puertas de una sucesión de revoluciones sin descartar no “una revolución sino su expresión de derechas que nos consideramos tanto como golpe de estado, como guerras de intervención como los casos en Libia y Siria, como la “democracias de colores” en su proceso de desarrollo de “caos continuado” previo bien al golpe de estado, bien desarrollar una guerra, bien el asesinato de líderes fundamentales en su expresión de democracia participativa; bien estaremos en un proceso parecido y/o similar a aquel proceso que se desarrolló en los hechos históricos entre los años 1919 al 1936; es decir, desde la finalización de la 1ra. Guerra Mundial en Europa hasta el comienzo de la “Guerra Civil” española que llevó, indeteniblemente, al desarrollo de la 2da. Guerra Mundial y todas sus consecuencias ya conocidas cuando “la maldad absoluta se convirtió en el poder absoluto”?
Sobre la base de lo ante expuesto nos vamos a permitir recordar, para el caso Venezuela, el proceso previo al “Golpe de Abril” (2002), los subsiguientes días a dicho golpe de estado cuando las derechas asumieron el poder en Venezuela; pero ¿cómo definiríamos ese ejercicio de poder que, temporalmente, ejercieron las derechas para comprender el propio proceso revolucionario venezolano en aquel tiempo histórico? Dejamos en el tintero, por ahora, los tiempos históricos previos al golpe de estado que nos consideramos como una copia pero con rasgos propios al proceso chileno como, actualmente, lo estamos percibiendo en el proceso de “golpe de estado continuado contra el gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros”, para centrarnos en la realidad propiamente del golpe de estado. En el marco de la objetividad, el golpe de don Pedro Carmona le permitió alcanzar “la silla de Miraflores”: inobjetable. En el proceso de “juramentación ilegal” conocemos como por escrito y de palabra se produce el momento más importante del golpe de estado cuando se “ilegaliza” al propio Estado capitalista lo cual es una contradicción per se cuando se le “cierran las puertas” a la institucionalidad de la Asamblea, Judicial, y otros poderes del Estado capitalista. Además, fácilmente demostrable, se conocen las contradicciones a lo interno de los sectores militares involucrados en el golpe de estado cuando se presentan en las televisiones privadas un grupo de militares “informando” (sic) sobre situaciones irreales atemporales no sucedidas mientras que un otro grupo de militares permanece en el Ministerio de la Defensa por lo que nos preguntamos sobre “esa descoordinación” entre grupos militares; al tiempo, independientemente de “besos y abrazos” expresados y conocidos en Miraflores son evidentes las profundas diferencias ideológicas de cuál modelo de gobierno se pretende imponer: ¿socialcristiano y/o socialdemócrata? Por ejemplo, nos preguntamos: ¿la presencia de los embajadores de los EEUU de América y de la Corona borbónica española en “amena conversa” (sic) con don Pedro Carmona en Miraflores significan dos (2) modelos socio-económicos en pugna para el “futuro gobierno golpista”? En última instancia, podríamos calificar el golpe de estado ocurrido en el mes de Abril (2002) considerarlo como “la revolución de las derechas” en tanto y cuando analizamos el proceso previo al golpe socio-económico que se desarrolló desde el mismo momento de la libertad carcelaria del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías hasta el propio día 11 de Abril cuando, en conclusión en ese proceso de preparación socio-económico e ideológico, se desarrolló la marcha desde Chuao hacia “la supuesta manifestación del sector civil caraqueño” ante las puertas de Miraflores. En última instancia, ¿podríamos definir ese proceso de derechas que concluyó en el “Golpe de Abril” como un proceso revolucionario? En ese mismo contexto, nos preguntamos: ¿Cómo definimos a la Revolución Francesa cuando la burguesía, evidentemente, utilizando al “pueblo llano” se expresó en contra del status quo representado por las “testas coronadas” en el territorio europeo? Nada fácil, complicado y muy sensible.
Lo cierto es que actualmente estamos en un proceso histórico-continuado-revolucionario que comenzaría en algún momento histórico de la Historia Contemporánea venezolana pero que alcanza su cenit revolucionario hacia la conquista democrática del Ejecutivo en el marco de las propias leyes de la super-estructura capitalista del Estado rentista venezolano cuando Hugo Rafael Chávez Frías gana las primeras elecciones para Presidente de la República de Venezuela. Ese proceso revolucionario se ha ido desarrollando en perfectibilidad y calidades objetivas cuando el actual Presidente Nicolás Maduro Moros gana las elecciones presidenciales en el 14 de abril del 2013 en el marco de las leyes que sustentan actualmente al Estado revolucionario en el proceso de “cambios profundos” de la República Bolivariana de Venezuela (léase: Ley Habilitante).
¿Significa ello que la revolución como concepto, su evolución en perfectibilidad y su objetiva aplicación a Venezuela han llegado a su máxima expresión revolucionaria? Por supuesto que sería un error real-político y ideológico-metodológico considerar que la Revolución Bolivariana estaría en un momento de “luna de miel sin vuelta atrás”; algo así como considerar que un proceso socialista ya en el gobierno y gobernando declarase que “…está ya en una sociedad comunista…” tamaño error que lleva a considerar al dogmatismo como “pontifica ley política”.