La resaca de lo que queda de un pasado adeco copeyano, personifica el señor Ledezma, que se aferra a su cargo, como carajito fusionando el pecho de su madre.
El otrora delfín de Carlos Andrés, único presidente enjuiciado y destituido como jefe de estado, que se negó a morir con el hundimiento del Sierra Nevada, pero el Caracazo fungió como el principio de la muerte política de aquel extinto adeco.
Pero el compañero Villegas esta que no cree en nadie, y en diciembre convertirá en cenizas lo que queda de un tal Antonio.
Luchador social de pura cepa, que al igual que su recordado padre, combatiente a tiempo completo.
Su norte siempre invariable: Luchar a brazo partido, por las justas reedificaciones de su sufrido pueblo…
Como me decía mi abuelo: “Defensor de las causas perdidas”…
Donde en esta revolución bolivariana chavista le demuestra al mundo, que aquellas causas perdidas dejaron de ser tales, en un comandante supremo que nos enseño, que el verdadero camino es siempre junto al pueblo, donde él más que nadie, se nos fue invicto, para continuar triunfando desde el cielo.
Vamos Ernesto, a paso firme y sin tregua…
Le harás honor a ese glorioso nombre, que me atrevo a imaginarme que fue dado en homenaje al quijote de a pie por parte del viejo Cruz.
¡¡Vamos compañero!!
Que una dura lucha te espera…
¡Con coraje!
Y con ese corazón bravío que cargas en el medio de tu pecho, que no se amilana ante cualquier desafío, por más grande que sea el compromiso…
¡¡Quédate tranquilo Cruz Villegas, que tu de sobra sabes, de que esta hecho tu muchacho!!
¡Venceremos! , sin que quepa la menor duda…
El sol de la patria nueva saldrá el 9 de diciembre…
Y todos sabemos lo letal que es el astro rey, para algunas personas.
¡Vamos Ernesto! Oblígame a repetirlo junto a ti, en honor a Zamora:
“Tierra y hombres libres carajo”
