Unas cuantas lecturas auspiciosas arrojó la reunión entre Maduro y los gobernadores y alcaldes de oposición. Sólo faltó uno. Se ha quedado tan aislado en su cantaleta de ilegitimidad presidencial y del carácter plebiscitario de las pasadas elecciones, que nadie lo nombró en el encuentro. No hizo falta en absoluto. Ojalá se aleje un tiempito y ponga las neuronas en remojo a ver si se le refresca la calentura.
En las intervenciones de los mandatarios regionales no hubo una línea común. Entendieron que la intención presidencial no era generar un inútil debate político y la mayoría se acogió a la idea de plantear las necesidades de sus regiones, sin que ello los limitara en la crítica. Pero cada quien haló hacia su lado. Ledezma fue el más político. Su discurso se correspondió con el rol que seguro desarrollará en lo adelante: asumir el liderazgo que perdió por abandono el ausente. La alcaldesa de Maracaibo se robó el show de la espontaneidad. Fue tan enfática en felicitar a Maduro que no tuvimos dudas en imaginar que detrás de su despliegue de simpatía, está su deseo de abogar por el retorno de su marido, el casi olvidado Manuel Rosales.
El alcalde de San Cristóbal y su despótico discurso, en el que acusó al gobierno hasta de xenofobia, dejó ver las costuras del partido al que representa: la derecha de la derecha que tiene a Uribe como asesor. La respuesta de Maduro fue contundente; primero lo acusaron de haber nacido en Colombia y ahora de que en la frontera hay prácticas contra los naturales del vecino país. El señor quedó desubicado.
Henry Falcón y Alfredo Ramos se saltaron el protocolo ex profeso y tutearon al Presidente. Menos mal que Maduro no pisó el peine y los dejó esperando la réplica. Ramos, tan confianzudo, no se percató que su cara de cañón y su gesto de no cantar el himno nacional, quedó bien plasmado en las pantallas de televisión. ¿Será que no se lo sabe?
Con la esperanza puesta en que el año próximo reine la sindéresis y que la sensatez le permita a la clase media entender que ellos no son el país, esta escribidora toma vacaciones. Retornaremos el domingo 19 de enero. Paz y bien a todos, de corazón.
