Las elecciones del domingo deben traer mayor tranquilidad, no solo porque se acercan las navidades, la gente cobra utilidades o aguinaldos y encuentra precios más bajos, sino porque en cada una de las 335 votaciones hay factores locales para motivar la conducta del elector, y porque es posible mayor abstención entre quienes han sido convencidos de que no se puede confiar en este sistema electoral. Además, esos son los resultados de una encuesta respondida por 2.454 lectores de Últimas Noticias, donde la mitad cree que tendremos estabilidad política, a los que se suman quienes piensan que se reducirá la polarización.
La pregunta ¿Qué expectativas tiene Ud. luego de las elecciones del 8-D?, tuvo estas respuestas:
Habrá mayor estabilidad política 1.222 (49%)
Habrá mayor incertidumbre 640 (26%)
Estoy indiferente 386 (15%)
Se reducirá la polarización 204 (8%)
Como pueden ver, 57% (49+8) se muestra optimista. No cree que la oposición va a tomar las alcaldías como algunos han amenazado, que no será necesario emplear esos dispositivos de seguridad que han sido implementados, que las votaciones se desarrollarán con normalidad, y que después de las mismas, conocidos los resultados, las partes lo aceptarán, algunos a regañadientes, pero serán pocos los que intenten subvertir el orden, desconocerlos, provocar disturbios, y en tales casos, procederán de inmediato las fuerzas policiales y militares para poner el orden.
Si a ese 57% le sumamos el 15% de quienes dijeron mostrarse indiferentes, y que seguramente no votarán, tenemos un 72% con posiciones positivas contra un 26% que cree que habrá mayor incertidumbre, lo que no quiere decir que habrá violencia. En conclusión, la inmensa mayoría de los venezolanos se inclina por pensar, contribuir y esperar un clima de paz postelectoral. Naturalmente, existe una minoría radical que siempre ha estado pensando en atajos y que podría intentar acciones desesperadas en esta semana.
De las 337 votaciones del domingo para alcaldes, dos centran la atención política: las del municipio metropolitano de Caracas, y las de Maracaibo. En ambos casos, la oposición pretende repetir gobiernos con pocas realizaciones y el oficialismo aspira con gente nueva, fresca, con la mayor voluntad de ganar y de hacer cosas. No deben sorprendernos sus resultados. Si la baja de precios estimulará votos favorables al chavismo, la escasez de otros productos sin resolver, puede moverlos en sentido contrario.
Me extrañó encontrar tanta similitud en las prioridades de los eventuales gobiernos municipales de Mérida y de Petare. En ambos casos, dos de sus principales candidatos coinciden en abordar tres problemas, casi en el mismo orden: basura, inseguridad y buhoneros. ¿Y saben quiénes son los candidatos? Carlos Ocariz y María Alejandra Castillo. En ella se entiende que ante la desidia del actual alcalde -Mérida esté embasurada, con inseguridad y llena de buhoneros permisados por el gobierno de la ciudad- prometa trabajar para resolverlos. Lo que extraña es que en Petare el gobierno municipal no haya podido solucionarlos y ahora ofrezca hacerlo si lo reeligen. ¿Y que hizo en estos cinco años?
No acostumbro recomendar votar en elecciones no presidenciales, pero quiero hacer una excepción. A los lectores que confían en lo que escribo, y que no han decidido su voto para la alcaldía metropolitana, les voy a dar un nombre, no por ser colega ni amigo, sino porque, sinceramente creo que podrá desempeñar una gran labor: Ernesto Villegas, joven, honesto, emprendedor, con el apoyo del Gobierno nacional y de la Alcaldía de Libertador, capaz de articular las gestiones de las alcaldías de la zona metropolitana, y con un novedoso programa de gobierno para mejorar sustancialmente a la gran Caracas. Mi voto será para él. Y si viviera lejos de aquí, en Bobures, lo haría por Alirio Almao, consecuente luchador social, enfrentado a la corrupción.