Hace bien el Presidente Nicolás Maduro, concilia, como debe ser, pero no con petimetre alguno de esos que parecen andar chingos por silbar.
Al líder de los petimetres lo que le hace falta es esposa y pal´calabozo, por matón; quise decir mejor que hay que juzgarlo, ponerle un par de esposas y encanarlo, de resultar culpable intelectual de asesinato, hecho público y evidente cometidos contra el pueblo inocente.
Sé que es chocante hacer una comparación entre el Presidente Maduro y Capriles, pero cada vez que aquí hay una elección se pone de manifiesto la confrontación encarnizada entre dos modelos políticos irreconciliables entre sí y aunque puertas adentro Maduro concilia (como es su deber), en cambio todo indica que Capriles hace lo contrario hacia ese desierto que es su bando, la MUD.
Y, esa notoria diferencia de comportamiento personal, de uno y otro, dice mucho de lo que no se dice, lo que gravita de modo significativamente a la hora de evaluar lo que conviene.
Un verdadero líder debe exhibir además un modelo de conducta para con todos, representados y no representados, y así un modelo de gestión debe tener al frente a un hombre probo en todo sentido.
Confrontar para poner de relieve la diferencia entre uno y otro modelo de posibilidades -la libertad revolucionaria y la esclavitud colonialista- debe verse como algo inevitable en estos momentos; para muestra siempre un botón.
¡Maduro concilia pero no con petimetre, cuidadito, cuidadito, moscapil! (lo de moscapil -[mosca con las pilas puestas]- es del periodista y Pana Américo Arcadio (no es maracucho sino margariteño) Hernández).
(Es que un líder con rabo de paja no es líder sino líder)
Así que felicito a Maduro, por conciliar como debe ser, puertas adentro y ejemplarmente, sin nada que lo tache y además, por seguir las huellas del Líder y Comandante Supremo.