Los votos del Vampiro no son votos por su gestión, son votos que miden el peso del antichavismo; habría que reorientar la estrategia y desmontar la tenebrosa animadversión hacia Chávez para que los citados patriotas den un trancazo sobre el objetivo.
Maduro debe configurar con esos muchachos un estelar equipo de trabajo que recoja toda la experiencia vivida por cada uno de ellos, recientemente durante la gesta electoral, y desarrollar un proyecto que de seguro va a dar frutos muy pronto.
Cada uno por su lado no sería tan eficaz, pero sí se conforman en un gran equipo, con sus aportes podríamos diagnosticar la realidad de Caracas de un modo mucho más claro; e igual respecto a Maracaibo.
Tómese en cuenta que, al planificar, es necesario saber usar los datos, no es lo mismo hacerlo con datos viejos que con datos nuevos y esos patriotas recogieron experiencias que están calienticas todavía.
Maduro tiene la potestad de darle organicidad a ese equipo, debe hacerlo sin pérdida de tiempo, antes de que se les enfríe el brazo.
Y, cuando menos, además, cada uno de ellos podría representarnos en la Asamblea Nacional, muy pronto, mientras tanto, para mantener el brazo caliente antes de un nuevo intento de recuperar las alcaldías aún no logradas.
A mi modo de ver esos muchachos no constituyen un proyecto en el aire sino esperanzas concretas de grandes liderazgos para la revolución; ojalá yo no me equivoque; prefiero no entrar en disquisiciones al respecto pero confío.