No, no se trata de las elecciones simplonas en la Venezuela de hace 20 años, del “ uno pa ti, otro pa mi” y “el gallito pásamelo”. Este proceso electoral se da en el contexto de una nueva Patria que Hugo Chávez remontara desde aquel 4 de febrero del 92 en el campanazo de esa madrugada para saldar la deuda histórica de gobernantes que se dedicaban a enriquecerse y entregar la soberanía e independencia a sus amos del Norte.
Es una lucha de 14 años, en la cual prevalece la unidad para libar la batalla por la victoria de dos modelos antagónicos. Capitalismo o socialismo.
Ciertamente, en la Constitución Bolivariana de Venezuela no está escrita la palabra socialismo… pero en ella sí, se inscriben las bases para la justicia social inclusión, participación, protagonismo de todo el pueblo venezolano.
Como consecuencia de la aplicación real de estas políticas al gobernar obedeciendo, convierte al proceso electoral del 8D en una nueva avanzada revolucionaria, donde los ciudadanos venezolanos escogieron sus opciones para su vida cotidiana, su gobierno inmediato de alcaldes concejales, derrotando a lo largo y ancho del país a la oposición, numérica y territorialmente.
Mientras la masa opositora, una vez más, fue engañada con tesis plebiscitaria, aupada por el disociado perdedor Capriles Rabionski en su pretensión de derrocar al Presidente Maduro. Treta que daba esperanzas a aspiraciones desestabilizadoras del empresariado corrupto y apátrida en su guerra económica. La cual viene siendo dura y acertadamente enfrentada por las medidas del gobierno Bolivariano.
Estos “líderes” irresponsablemente oposicionistas no retroceden en sus torpezas. Ahí vimos al eterno derrotado que va del timbo al tambo, desde preso de su arrechera, mandar a matar a la gente el 15 de abril ante su inequívoca derrota presidencial, frente al gigante líder, hasta mostrar su fracaso al Presidente Maduro y reconocer la legalidad del CNE… lo que hizo hacer rabiar a sus borregos fascistas, mientras el pueblo que ellos pretenden manosear, triunfante les grita : “Caprichito caprichito aquí tienes tu plebiscito”