¿Quién dijo que los resultados electorales del 8D han hecho a la revolución irreversible?

Según el primer boletín electoral que presentó la Presidenta del CNE, http://www.cne.gov.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3280, la MUD sumaba 4.435.097 votos que representaban el 42,72% de los 10.380.164 votos válidos, escrutados y totalizados en las elecciones del 8D, para el momento.

Si comparamos los votos de la MUD con los 5.111.336 votos, que obtuvo el chavismo, equivalentes al 49,24% del total, evidentemente que la oposición volvió a resultar derrotada en esta contienda electoral.

Pero además la derrota es doble, si consideramos que la dirigencia opositora generó y mantuvo durante la campaña la matriz de opinión de que las elecciones del 8D tendrían carácter de plebiscito, planteamiento según el cual una vez oficializados los resultados electorales, Nicolás Maduro se vería forzado a renunciar, dado que los resultados desfavorables al chavismo evidenciarían la trampa que hizo el CNE en las elecciones presidenciales del 14A, cuando este organismo electoral puso a ganar a Nicolás con apenas un margen de 1,5% de votos que le fueron arrebatados al candidato opositor y sumados al que se convirtió en presidente “ilegítimo”, el cual ante las circunstancias de la crisis política después del 8D no tendría otro camino que renunciar. Los resultados favorecieron ampliamente al chavismo, por tanto, la patraña que tejió la dirigencia opositora se desploma en sus narices y dejan en ascuas a sus seguidores que movidos por sentimientos de odio, siguen sin comprender cómo el chavismo sobrevivió a la partida física de su máximo líder.

Según últimas declaraciones de dirigentes del chavismo la brecha de votos entre el chavismo y la MUD terminó superando el millón de votos, aproximándose al 12% de los votos de la revolución. Amplio margen que se traduce en la victoria chavista en el 76% de las Alcaldías disputadas con la MUD el 8D.

Al interpretar la suma de votos alcanzados por la MUD parece que volvemos a encontrarnos frente a un electorado definidamente antichavista que representa un poco más del 40% que ha venido conformando un “voto duro” radicalizado y emocional que en general acude a las urnas a castigar al chavismo, más allá de la oferta de sus candidatos (veamos los resultados de la Alcaldía Metropolitana de Caracas y la Alcaldía de Maracaibo). Así como el chavismo le ha sobrevivido a Chávez, el “antichavismo” después de 14 años sigue vigente y no puede ni debe ser subestimado por los revolucionarios.

En este escenario postelectoral parece pertinente plantearnos algunas interrogantes que aproximen a la discusión sobre los retos que se presentan a la revolución.

¿son los resultados electorales del 8D prueba suficiente de la consolidación del liderazgo de Nicolás Maduro para dar continuidad al legado de Chávez?, ¿Deben el PSUV y el GPP obviar los análisis de las causas de derrotas del chavismo en algunas regiones y territorios de importancia estratégica?, ¿debemos, los militantes del chavismo, olvidar que más allá de la victoria del 8D se nos impusieron candidaturas que en muchos casos no representan a las bases del chavismo?, ¿debemos acallar el hecho de que más allá de que 76% de las Alcaldías quedaron bajo control del chavismo, tenemos entre ellos muchos alcaldes rojos que no necesariamente representan el genuino chavismo que aspiramos consolidar?, ¿qué tanto nos acercan o nos alejan los resultados electorales del punto de no retorno de la Revolución del que tanto nos habló el Comandante?. Más allá de la importancia que tiene el control de la mayoría de las Alcaldías del país por el chavismo, ¿cuál es el verdadero valor que tiene el control de estas instancias de poder político que representan el modelo contrapuesto a la organización comunal que se basa en el poder popular que promueve la revolución?. Acaso el furor de la contienda electoral y los resultados favorables al chavismo nos hacen olvidar la consigna Comuna o Nada, en la que tanto nos insistió el Comandante en sus últimos alientos de vida.

Sin pretender dar respuestas a tantas interrogantes juntas y a muchas otras aún por formular, parece obligatorio que desde las bases del chavismo además de celebrar, sin ningún complejo, esta nueva derrota que le asestamos a la derecha el 8D, nos comprometamos a profundizar el debate de los temas más espinosos del chavismo, para garantizar y asegurar la continuidad del legado del Comandante Chávez.

Uh eh, Chávez no se fue….Con Chávez, el pueblo y Maduro el Socialismo está seguro….



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Carlos Luna Arvelo


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