La Unidad de la Mesa de la Unidad Democrática

Permítasenos, primeramente, agradecer a todos y todas los ciudadanos que han tenido a bien molestarse en leernos y aquellos sectores informativos que, generosamente, nos han publicado en el marco de estas fiestas de quien como hombre nos ilustró como debe de ser el convivir en el marco de su nueva ley expresada en frase contundente cuando la impuso con estas palabras: “…amar al prójimo como a uno mismo…” palabras cuyos contenidos en reflexión profunda caminan más allá de silogismos pedestres negando la realidad del “ser creado” como “ser social” tanto como individualidad como ente creado en sociedad. Por esas realidades que nos muestra el Creador que, humanamente, calificamos como “fate” (destino), nos ha entregado a un nuevo conductor de la teología como lo es el Santo Padre Francisco quien, despojándose de historicismos dogmáticos, ha comenzado su propio camino que no se veía en la Iglesia desde tiempos inmemorables. Francisco está implosionando el tradicionalismo eclesial medieval europeo dándole un profundo “toque” latinoamericanista-histórico-social en conciencia humanista.

En ese mismo orden de ideas en tanto y cuanto nos referimos al Papa Francisco y nos, nos permitimos observar los comportamientos de los componentes de la denominada como “Mesa de la Unidad Democrática”, encontramos por no expresar nos confrontamos con una matriz de opinión impuesta en los diferentes factores políticos de dicho componente y seudo-organismo político venezolano. Nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, y nuestro Presidente constitucional y líder fundamental del “chavismo”, Nicolás Maduro Moros, han utilizado una muy curiosa y muy criolla frase cuando se refieren a esa aspirada unidad de las derechas nacionales; la frase sería: “…es una unidad pegada con saliva de loro…” sí la desglosamos en análisis, ella, la frase en referencia, nos lleva a demostrar su verdadero contenido pero, al tiempo, nos tendríamos que preguntar el porqué de esa “ficticia unidad ideológico-partidista”.

Tratemos de desglosar los componentes de la MUD. Tendríamos en primer lugar a su impulsor-paladín que nos ubicamos en la extrema-derecha pero venezolana y ya nos explicaremos. En segundo lugar, tendríamos a los diferentes grupos social-demócratas. En tercer lugar a los militantes liberales adscritos a las tesis neo-liberales. En cuarto lugar al dogmatismo eclesial-medieval y/o sí ustedes así lo prefieren a los que están sustentando las tesis fundamentales de la Encíclica de la Rerum Novarum, aquella del Santo Padre, León XIII, publicada en algún momento del siglo XIX; en quinto lugar se encuentran aquellos militares retirados maccartistas.

¿Qué los estaría uniendo a tan variopinto grupo social, político, económico, militar retirado y religioso? En primer lugar, evidentemente, la tesis “anti-comunista de don Rómulo Betancourt” sostenida y apoyada por don Rafael Caldera Rodríguez a pesar de las acusaciones históricas de los primeros hacia los segundos en sus seguidores cuando aquellos acusaban a éstos de “fascistas”.

En segundo lugar, hay que exponer el significado de aquella famosa reunión que se celebró en Nueva York que tuvo su conclusión en praxis en la denominada como el famoso “Pacto de Punto Fijo”.

En tercer lugar, es la praxis política que se desarrolló durante los años 60, fundamentalmente, con expresiones en los años 70 y 80 cuando la realidad política venezolana se expresó en el cenit de su contradicción cuando las izquierdas se enfrentaron contra las derechas y, en nuestro modesto criterio, actualmente siguen pululando en los inconscientes de las derechas aquellos impactos sicológicos.

En cuarto lugar, es el militante anti-militarismo de factores políticos más no económico-sociales que vienen desde “La Cosiata” con todo aquel proceso histórico mal estudiado en objetividad del transcurrir del siglo XIX venezolano hasta cuando “el Cabito” junto a Juan Vicente Gómez comienzan a buscar soluciones de Estado para una Venezuela en permanente caos sostenido por intereses mantuanos.

En quinto lugar, Venezuela comienza a sentar las bases de “su particular e interesante estado gomecista” hacia su transformación de “Estado rentista” sustentado en la realidad tanto objetiva como geopolíticamente obligante que significó y significa el “petróleo”. En ese espacio de tiempo histórico, debemos aceptar para su análisis no solo el objetivo impacto del significado de la aplicación de la “Doctrina Monroe” para Venezuela sino, también, el impacto que tuvieron los paradigmas de la “Guerra Fría” a partir por consecuencia del “Golpe de Estado contra don Rómulo Gallegos”; es decir, la relación de los EEUU de América con Venezuela se sustentó en la dialéctica desarrollada por los contenidos de la “Doctrina Monroe”, la “Guerra Fría” y el “petróleo”. A ello le debemos adicionar la tesis de la “Dependencia” que se expresó en Venezuela en forma diferente a como se expresaría en otros latitudes latinoamericanas debido y lo reiteramos al “petróleo”.

En sexto lugar, se conjugaron varios factores en los principios de los gobiernos de la “democracia representativa” denominada como la 4ta. República. Exponemos el tiempo histórico del principio de la 4ta. República porque se conjugaron varios factores políticos, históricos e ideológicos cuando nos referimos a Venezuela como serían: el carácter anti-comunista contenido, implícitamente, en el denominado como “Pacto de Puntofijo” que buscaba deslastrar las realidades ideológicas en sus desarrollos políticos del pensamiento socialista de la Tercera Internacional bien descrito por Manuel Caballero con actores fundamentales si nos retrotraemos a 1928. A ello se le debe adicionar la realidad cubana y su revolución cual, además de tener un impacto regional, sirvió de catalizador a la realidad revolucionaria venezolana.

En séptimo lugar, fundamental, por demás, es la matriz sicológica imperante en la siquis de los factores políticos de derechas venezolanas de su rechazo a cualquier actitud de “supuesta debilidad y su correspondiente anuencia” hacia el sector militar venezolano; quizás es por ello esa matriz de opinión que se desarrolló en negar el “pensamiento de don Simón Bolívar” en toda su extensión histórico-ideológico-político y la objetiva contradicción en la concepción del Estado venezolano como estado nacionalista, independiente, latinoamericanista y revolucionario sin llegar, por aquellos tiempos aún, al factor socialista. En séptimo lugar, es de considerar las contradicciones que se confrontaron entre las derechas venezolanas cuando los sectores de derechas nacionalistas, militantemente, se opusieron a los paradigmas de sectores de derechas neo-liberales dogmáticas cercanos a las tesis eurocéntricas diseñadas en las tierras de la Corona española en función de dos (2) variables: expandir la relación lengua-cristiandad por todo el continente americano y el neo-colonialismo dependiente-financiero-económico sobre y en las denominadas como las “ex-colonias americanas” incluyendo el sur del estado de la Florida en los EEUU de América . Esas contradicciones llevaron a su conjugación de intereses entre esos sectores nacionalistas venezolanos y aquellos sectores militares en sus diferentes expresiones conceptual-históricas.

En octavo lugar, debemos traer a colación las realidades en contradicciones que se expresaron durante el denominado como “Segundo Gobierno de Caldera” que, en última instancia, fuera controlado por los neo-liberales a cuya cabeza visible se depositó Teodoro Petkoff y su “mano derecha” con la realidad objetiva de los intereses de aquellas derechas nacionalistas producto más de la expresión en rebelión del “4 de febrero” que de su propia realidad político-electoral.

En noveno lugar, las contradicciones profundas entre las realidades neo-liberales y las realidades de la sociedad venezolana como un todo incluyendo los diferentes y diversos factores sociales como serían las clases altas, medias y obreras junto a los invisibilizados cuales llevaron a esa sociedad en su inconsciente histórico a elegir, precisamente, a un militar con lo cual se entraba, casi inmediatamente, en su propia contradicción de clase.

En décimo lugar, el Presidente elegido y electo constitucionalmente, en el marco legal de la democracia representativa y del Estado burgués-capitalista, asumió, responsablemente, en su propia realidad, lo propuesto como su programa de gobierno y comenzó la transformación del Estado venezolano.

Frente a esa realidad, todos los paradigmas arriba en referencia de las derechas se conjugaron para desarrollar la tesis del “golpe de estado tradicional” que los llevó al fracaso obligándolos a reflexionar y conjugar una oposición sustentada en las siguientes realidades: la dependencia de la social-democracia hacia los intereses ideológicos de Washington como los asumiría don Rómulo Betancourt en sus tiempos históricos; los objetivos ideológico-capitalistas de las derechas tanto las nacionalistas como las neo-liberales dependientes y sustentando sus paradigmas ideológicos tanto en las tesis de la Rerum Novarum como en la “Guerra Fría” y las experiencias de la Polonia del Santo Padre, Juan Pablo II y del checo Havel; los intereses capitalistas de los mantuanos y los capitalistas que alcanzaron sus idílicos objetivos de clase desclasada durante las realidades socio-económicas de la 4ta. República como podrían ser, a título de ejemplo, “los 12 apóstoles”; para finalizar con los propios intereses eclesiales que se enfrentaban tanto a la supervivencia de la decadente en realidad del poder global-mundial de El Vaticano como de la “Doctrina de la Liberación” latinoamericana.

A estas realidades deberíamos adicionar a los calificados como los “boli-burgueses seudo-revolucionarios” que se auto-reflejan en aquellos sectores sociales adeco-copeyanos que “subieron la cuesta clasista” para poder “mayamizarse” en comparativa lógica-mantuana.
En ese marco histórico está sustentada la expuesta como “unidad de las derechas”.




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Miguel Ángel Del Pozo


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