Es muy probable que si la decisión de aumentar el precio de la gasolina se sometiera a referéndum, la mayoría de los venezolanos se expresaría a favor de ella.
También es muy probable que si se consulta a la gente en torno a que en el país se deben crear impuestos a los grandes capitales, así como a las transacciones financieras de gran escala, la mayoría de los consultados estaría de acuerdo en el asunto ya que la mayoría de venezolanos entendemos que es injusto que el pueblo más pobre pague lo mismo que los capitalistas que tienen 14 años sacándole provecho a una Revolución que ha terminado favoreciéndolos a ellos más que a los pobres.
Así que, nos parece malicioso plantear el asunto del incremento de la gasolina desde la perspectiva simplista de cuánto cuesta llenar el tanque de combustible de una Hummer y cómo el Estado termina subsidiando a alguien que podría pagar el combustible a precio internacional, incluso. No parece imposible imaginar que hasta el propio dueño de la Hummer pudiera admitir estar de acuerdo con la medida de incrementar la gasolina, pero lo que nunca apoyaría es que el Estado le cobre impuestos por considerar su vehículo un bien suntuario.
Lo que se soslaya en el planteamiento que se ha venido haciendo en el tema del incremento de la gasolina es el impacto directo que tiene el precio de la gasolina en la cadena de producción, distribución de bienes y servicios y de cómo esto influye directamente en la inflación que se ha hecho incontrolable para el gobierno. Y cómo ésta inflación impacta más a quienes menos tienen.
Algunos de los que han opinado sobre el asunto plantean que la condición del incremento de la gasolina debe estar directamente relacionado con el esquema del establecimiento de “precios justos” que el Presidente Maduro y su gobierno adelantan por la vía de la Ley Habilitante, por nuestra parte sostenemos que tendrá que pasar un buen tiempo hasta que esto de los precios justos de los bienes y los servicios se materialice definitivamente.
Algún día habrá que aumentar la gasolina, definitivamente que no creemos que eternamente y por siempre nuestro país mantendrá los precios actuales del combustible.
Habrá que establecer la creación de impuestos a los capitales, tampoco podrá una Revolución de manera permanente estar favoreciendo a unos sectores más que a otros, como ha ocurrido con los capitalistas, pequeños, medianos y grandes, durante estos 15 años que lleva la Revolución.
Finalmente diremos que más que una decisión meramente técnica el asunto del incremento del combustible en nuestro país supone el alto costo político que el propio Chávez no consideró oportuno asumir durante estos primeros 14 años de revolución. Hay que tener claro que aunque la Revolución continúa en el poder, el gobierno de Nicolás Maduro apenas puede respirar tranquilo y coger aire después de los resultados electorales 8D, por tanto, cualquier decisión respecto al tema debe evitar posiciones arrogantes que lleven al gobierno de Maduro a la falsa suposición de que cuenta con un respaldo absoluto y mayoritario del pueblo que le garantiza condiciones para superar las adversidades por venir, desconociendo que apenas hace unos meses, con la partida del Comandante y con unos resultados electorales que dejaron escasos votos a favor de la Revolución, la mayoría de electores estuvo a un paso de desechar la oferta que electoralmente le ha ofrecido la Revolución en los últimos 14 años.
Por último, no podemos olvidar que una partida de bandidos, entre quienes hay rojitos, participaron en un festín que condujo al otorgamiento de 20.000 millones de dólares a “empresas de maletín”. Recientemente el Ministro Rodríguez Torres declaró que 40% de las empresas que han recibido dólares de CADIVI son de maletín. ¿Cuándo la Comisión Presidencial que se conformó para atender el tema informará de las primeras acciones al respecto?.
Uh eh, Chávez no se fue.