Cuando el Consejo Supremo Electoral en aquél diciembre del año de 1998 anunció el triunfo presidencial de Hugo Chávez y el programa de la Agenda Bolivariana, el pueblo venezolano mayoritario y de a pie, saltó de entusiasmo esperanzador el cual se tradujo en un emprendimiento que aún acompaña a pesar del duelo por la ausencia física del comandante. Ése entusiasmo que hoy se manifiesta nuevamente con el triunfo electoral de las recién pasadas elecciones del domingo 8 de diciembre, reiteran el sentimiento y la voluntad del júbilo de vivir. Mientras, del lado de enfrente,de la oposición derechista derrotada y sus medios privados mediáticos, lo que se manifestaba era un estado delirante acompañado de un desasosiego,caos e incertidumbre ante la derrota política.
Ellos, los ungidos por una "verdad" y autorepresentación deslegitimada, menosprecian el sentimiento y la voluntad popular. Se resisten a reconocer a "los otros" porque para ellos el nosotros es el reconocimiento hacia sí mismo. es la expresión y la noción de una cultura arraigada de exclusión y maltrato. De manifestación psicosocial delirante de superioridad que se acompaña con actitudes de exclusión social, de clase y racismo social.
Un ejemplo de dicha conducta cargada de menosprecio se corrobora cuando llaman al boicot televisivo de apagar la televisión cuando se trasmitía el films "Bolivar y las dificultades" el cual acompañaba los actos de conmemoración del Libertador. El fallido propósito delata el rechazo y resentimiento hacia la figura de Simón Bolívar del cual apelan por cierto de manera cínica y clientelar cuando se trata de buscar simpatías para sus propósitos políticos clientelares. Para ellos los venezolanos son simplemente clientes y usuarios como mercancía en la empresa inútil de obtener el privilegio político perdido. Posiblemente muchos de sus simpatizantes e incautos ya estén agotados por el cansancio de estos parasitarios y estériles representantes de las viejas y las nuevas élites decadentes.
La respuesta del chavismo y los amplios sectores que lo acompañan pero que no militan, debe ser de carácter ético tal cual si se asume y se reclama ser revolucionario. Hugo Rafael Chávez,el comandante, dejó un legado como enseñanza el cual es de hacer de lo político y la política la misión ética como práctica cotidiana e insistió en la necesidad de un cambio cultural y educación como práctica de libertad ante la corroción moral que heredó la nación por parte de las élites representacionales decadentes. Para la oposición derechista venezolana y sus poderes fácticos, la política y lo político es simplemente un instrumento para acceder al Poder como dominación.
Recientemente apareció un texto el cual debiera considerarse de pedagógico y esclarecedor en el propósito de la emancipación social en proceso. Me refiero al libro del amigo abogado, docente,investigador e intelectual venezolano José Manuel Hermoso. El texto se titula "Corrupción o Revolución". Sus reflexiones y aportes deben considerarse como imperativas tanto para la gestión gubernamental bolivariana como para el chavismo y el campo social que se reclama como revolucionario. Con José Manuel me une una extrecha amistad que a pesar de las distancias geográficas que nos separan y diferencias subjetivas que siempren surgen en el campo de la reflexión y el debate de las ideas, siempre está presente el agradecimiento por su aporte intelectual y enseñanzas que me han acompañado en el transcurrir de una fructífera amistad y solidaridad inquebrantable. Si algo debo destacar de ello, es la lealtad a los principios y la ética como conducta por parte de José Manuel. Indudablemente a ello contribuyó el ser hijo de una familia noble en los principios que a pesar de las diferencias políticas o ideológicas, hicieron posible una comunidad de afectos donde la ética se imponía como ejemplo. Por ello, el aporte del texto que se acompaña de una práctica desde el pensamiento crítico insobornable, debiera ser de herramienta de enseñanza en la crítica y autocrítica para la consolidación de una nueva cultura política en tiempos de revolución y corrupción.
Cuando se carece de principios, se deja de ser leal consigo mismo y con los otros. Como bien lo señala la intelectual chilena venezolana Carmen Hernández a propósito de sus reflexiones desde el campo profesional que desempeña...."Creo que al ser leal con el arte y todos los procesos de conocimiento que de su vivencia se desprenden,soy consecuente....Nuestros valores artísticos pueden formar parte importante de nuestro imaginario cultural si son abordados con mecanismos profesionales atentos a sus propias limitaciones y al reconocimiento de la configuración compleja de los procesos creativos,dejando de ser la plataforma de legitimación del discurso personal por medio de una constante manipulación del lenguaje en función de permanecer atrapado en las formas "ocultas" del poder"