Traducen un invalorable aporte a la identidad nacional y a la paz

Tibisay Lucena y el impecable trabajo del CNE

El sistemático y despiadado ataque de la MUD contra el Consejo Nacional Electoral -CNE- esconde una perversidad incalificable, ofensiva malvada, ruin, tendiente a destruir nuestra identidad nacional por ese flanco.

Hay que voltear los ojos hacia el significado profundo de ese término, la identidad, valga exponer que el hombre nuevo, a diferencia del hombre viejo, es tal en función de valores más que por sus bienes materiales y, la identidad es de relieve entre todos los valores patrios.

El hombre viejo está apegado a los bienes materiales como la garrapata que chupa la sangre de su víctima, es egoísta e intransigente, no es viejo porque tenga años y más años sino porque es la mar de egoísmo.

En cambio, el hombre nuevo es tal por solidario con todos y, desde luego, con la Naturaleza, que es decir, con la vida de todos.

El hombre viejo es la locura capitalista autodestructiva y que lleva a todos al caos; mientras que el hombre nuevo es la sensatez, valor destacado del socialismo, vida para todos.

Hablar de capitalismo y de socialismo es hablar de a la larga muerte para todos o vida para todos, respectivamente.

A nadie debe escapar la evidencia del esfuerzo hecho por el CNE al frente del cual la Rectora Tibisay Lucena y tres Rectoras más, para sistematizar la data de ese Poder del Estado Venezolano y saber quiénes somos, donde estamos y cuantos tenemos el privilegio de votar para escoger autoridades nacionales, zonales y locales.

Sería una simpleza recrearnos sólo en asuntos cuantitativos para definir la identidad de una patria; tal identidad en sentido lato es de complejidad extrema porque abarca hacer comulgar aspectos socioculturales diversos y eso no se logra solamente con matemática, pero hay que destacar que el CNE apuntala de manera rigurosa ese trabajo, impecablemente.

¡Tamaño esfuerzo organizativo que debe ponerse de relieve!

Y sin embargo la MUD, por encargo de afuera, pretende destruir al CNE.

No es nuevo que el enemigo pretenda jugar al caos destruyendo nuestra identidad nacional a sabiendas de que de lograr ese propósito nos divide para luego arrasar con todas nuestras riquezas.

Por ejemplo, desde que comenzó la explotación petrolera en Zulia, fue evidente la estrategia imperialista de exacerbar el regionalismo zuliano porque ellos tenían planes y todavía los tienen, de hacerse con esa rica y vital parte del territorio venezolano.

Mientras tengamos una identidad amalgamada y bien concebida tal que los orientales amen al Zulia y que los zulianos amen al oriente y que cada uno de los venezolanos sepa lo que cada palmo de terreno de la patria tiene que ver con cada quien, no habrá culipandeo a la hora de pelear por la patria entera y eso es lo que el enemigo busca instalar aquí, la división entre los venezolanos, orquestadamente.

Chorros de millones de dólares cobra la MUD al gringo, por desmembrar nuestra patria, y una de sus asquerosas labores es atacar al CNE para que nuestra identidad se debilite; por ahí suenan los disparos.

Tibisay Lucena junto con las otras tres Rectoras del CNE merecen el más alto reconocimiento del pueblo venezolano, por tan impecable trabajo.

(Y, además, las cuatro son bien bonitas)



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Guillermo Guzmán


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