Evitar los “excesos de entusiasmos” que pueden despertar tanto los resultados electorales del 8D como el “aparente” proceso de diálogo, reencuentro y reconciliación que arranca el 18D entre representantes del antichavismo (Alcaldes y gobernadores de oposición) y el Presidente Nicolás Maduro, en las filas del chavismo.
Quizás no sean estos días los más oportunos para invitar a leer la realidad política del país con mayor realismo, dejando de lado nuestros deseos e intenciones, quizás la obligación más importante que tenemos quienes creemos en la Revolución y en nuestro compromiso de echarla adelante, sea precisamente no “distraernos” de la tarea que este tiempo histórico nos impone.
Es verdad que la realidad parece mostrar que el chavismo sobrevivió a su máximo dirigente y conductor, Hugo Chávez Frías, pero no es menos cierto que la Revolución Bolivariana por el camino de la vía pacífica que hemos escogido, está “condenada” a ganar todas las elecciones por venir, porque como lo vimos el 14A, perder una sola de ellas, como nos lo ha alertado Wladimir Acosta, significa enfrentarnos a su fin.
El Alcalde G. Blyde, para ponernos a tono con el clima de diálogo y de respeto de estos días, explicó cómo es que apenas en el año 2007 con la Reforma Constitucional planteada por el chavismo, con el triunfo opositor, cuando “ellos” terminan aceptando la Constitución Nacional y asumen el camino de la vía constitucional, es decir legal, de enfrentar al régimen. La dirigencia opositora había sido derrotada desde 1998 en innumerables ocasiones por Chávez, en elecciones y en distintos escenarios de confrontación, donde incluso la violencia se manifestó de forma expresa (golpe de Estado, golpe petrolero, guarimbas, etc.), pero fue después de obtener esta primera victoria cuando terminan aceptando la Constitución Nacional, según lo expresado en la tesis de Blyde.
Cabría preguntarse, ¿por qué ahora esta misma oposición, con influencia aún sobre un poco más del 40% del electorado, le dejará el camino libre a un gobernante que aún carece del liderazgo con el que contó siempre Chávez en sus filas?, ¿no estaremos olvidando que la oposición en estos 14 años ha sido externamente orientada por la política intervencionista norteamericana que tiene como fin expreso reapropiarse de nuestras reservas petroleras?, ¿será que estamos entrando en esa era del chavismo sin Chávez, de la que tanto se habló antes, donde la oposición asumirá un rol totalmente distinto al de los 14 años precedentes? ,¿Cómo se expresa, en este nuevo escenario político, el Socialismo por construir, como uno de los principales legados de Chávez a la Revolución Bolivariana?
Sólo dudas e interrogantes que en estos días nos ponen a cavilar.