El prófugo de la justicia venezolana Robert Alonso, dueño de la finca Daktari en la cual entrenaban a los paramilitares que la ¡y que oposición” trajo de Colombia para sembrar el desconcierto en la población, está solicitando muchachones” cuatriboleados” que les envíen fotos “aéreas” de algunas calles de cualquier lugar de Venezuela, donde pueda simularse por algunos minutos, mientras se toman algunas fotos, una “tranca” provocada por algunos espontáneos, fotos que seguramente serán utilizadas determinado día para darles publicidad y anunciar que se está llevando a cabo en todo el país una segunda “operación guarimba” que ahora sí, de verdad verdad, ¡te lo juro, pana! acabará con el nefasto “Rrrrégimen” que nos oprime.
Nosotros le sugerimos a este militante de la “Oposición púrpura” y firmante de un manifiesto "incendiario" que ha recorrido a todo el mundo (incluyendo a Venezuela donde no le han parado bolas), junto con otros políticos devaluados; ladrones de vehículos; asaltantes de gobernaciones y alcaldías; ex magistradas venales que dejaron prescribir causas criminales; empresarios fracasados y oportunistas, etc., que se dirigiera a los lechuguinos y petimetres de “Primero (in)Justicia que ellos sí conocen a muchos de esos muchachotes “cuatriboleados” que este prófugo está solicitando. Pero ni bolsas que fueran estos dirigentes para permitir a sus “pupilos” muchachones que intervengan en cualquier tipo de manifestación que ponga en peligro los atributos que ellos más les admiran y que les producen la máxima satisfacción. Además, que tampoco van a permitir que en sus pequeños enclaves que tienen en el este de Caracas y en alguna que otra ciudad de Venezuela, les vuelvan a amargar la vida como lo hicieron en la fracasada “guarimba” de la cual, quien solicita a estos muchachones “cuatriboleados”, se muestra orgulloso de haber inventado, cuando debería estar avergonzado en vista de su estruendoso fracaso.¡
Gracias a estrategas como este fantoche es que la ¡y que oposición! está como está, sin esperanza de volver JAMÁS. ¡Que vengan muchos fantoches como éste!