Por fin al líder plástico de la oposición se le bajaron sus ínfulas. Asistió a la reunión convocada por nuestro presidente Nicolás Maduro a Miraflores para tratar, con gobernadores y alcaldes el problema de la inseguridad a nivel nacional. Capriles ante la mano que le ofreció Maduro no tuvo otra alternativa que estirar su brazo y estrechar la mano del jefe del Estado. Fue un acto sincero y espontáneo del Presidente de los venezolanos. Del otro lado no me atrevo a darle ningún calificativo. Veremos. El tiempo habla por sí solo.
Pero quiero referirme en este artículo a algo que me llama mucho la atención. Y no es que yo quiera echarle leña encendida a los esfuerzos que se están dando en la búsqueda de un consenso a nivel político por la paz y la convivencia, promovida desde Miraflores. No nada que ver. Pero extraña mucho la actitud de Enrique Capriles. En torno al lamentable asesinato de la actriz Mónica Spear y a su esposo Thomas Henry Berry, se ha pronunciado el gobernador el estado Miranda. Eso sería plausible, como plausible, es la consternación que se ha levantado en todo el país, si el líder de la oposición hubiese salido el 15, 16 o 17 de abril a condenar los hechos que él mismo motivó, sobre las lamentables víctimas que su arrechera causó. Fueron 11, incluyendo a un niño y a una niña. Todos guardaron silencio, especialmente el gobernador de Miranda.
El gobernador invisible del estado Miranda, al referirse al lamentable suceso que conmocionó al país, respecto al vil asesinato de Mónica Spear y a su esposo, dijo: “Este suceso nos debe convocar a todos los que tenemos responsabilidades de gobierno. Poner de un lado las profundas diferencias políticas que podemas tener, y unirnos en un solo bloque para ganarle la lucha a la violencia”. Ojalá los venezolanos hubiésemos oídos estas mismas palabras después del 14 de abril. Pero no fue así´. Silencio absoluto, guardo este provocador de oficio.
Capriles, ni sus voceros, nunca se refirieron a esos hechos. Nunca hubo un asomo de pésame a los familiares, ni un asomo de arrepentimiento por lo que causó sus reacciones emocionales, sin control, que expresó con fuerza y furia, a través del otrora canal conspirativo, llamado Globovisión. Por eso reitero, no es que le este echando leña al problema para atizar la polémica, cuando se está buscando un consenso para la paz, pero eso es una cosa, y la otra es olvidar los hechos del 15 y 16 de abril, después de que Maduro ganó limpiamente las elecciones presidenciales del 14.
Yo no dudo de la sinceridad con que el Presidente Maduro está manejando el asunto de la inseguridad. Ni de la mayoría de los alcaldes de la oposición. Dudo de la sinceridad de Capriles. Me da la sensación de que asistió al acto en Miraflores para no deteriorar más su imagen política que va palo abajo. Eso es lo que yo pienso. No tiene que ser verdad. Pero el tiempo tiene la palabra. ¡Volveré!