INTROITO
En Venezuela se celebra, como en muchos países del mundo, la natividad de Jesús de Nazareth. Cada 25 de diciembre se cumple un año más de ese y que nacimiento. Aún cuando científicamente no se ha demostrado que ocurrió, esta natividad ha sido utilizada para celebrar el inicio de la última semana del año. Supuestamente ocurrió bien pero bien lejos de Venezuela. Un extranjero pues. Pero aquí como no tenemos autenticidad tenemos que guindarnos de excusas afincadas en otras tierras para beber caña y comer hasta saciarnos. No hay evidencias científicas, históricamente hablando, de que este señor, Jesús de Nazareth, haya existido. Pero no importa, cualquier excusa es buena para reunirse y caerse a palos y practicar uno de los pecados capitales más violados: la gula. Y así los matrimonios católicos, los bautizos, son excelentes excusas para armar tremendo bonche. Hasta en las casas más humildes se bota la casa por la ventana. Todavía las comuniones no han caído en esta parafernalia, pero no dudo que pronto caerán. Porque hasta los velorios son motivos (excusas, excusas) para echarse una buena pea. A la salud del difunto o difunta, por supuesto. Y todo a cuenta de los familiares del muerto o muerta. En los matrimonios y bautizos hay que llevar un regalo, pero en los velorios no. Por eso es que uno ve mucha gente en esta festividad de pase a la otra vida, en el cielo o en el infierno.
SÚMATE (AL BONCHE)
María Corina y su empresa transnacional “Súmate” han invitado a reunirnos en las iglesias el día de las elecciones parlamentarias de este 4 de diciembre. Vamos a sumarnos, y todos los bolivarianos que no estén con asignaciones especiales ese día que se vuelquen a las iglesias, porque a lo mejor, quien quita, conseguimos aunque sea unos canapés (pasapalos, pero sin palos, a menos que los llevemos nosotros).
CODA
La mejor manera de evitar un saboteo de estos vende patrias es acompañarlos y cercarlos en su propia salsa. Así que después de votar vayamos a la iglesia católica más cercana y agarremos uno de los primeros bancos, porque a lo mejor gritan que quien no esté sentado y en orden no le toca ni torta ni refresco. Y cuando esto cipayos vean esa marejada roja en las iglesias se van a cagar. Y si nos preguntan que qué hacemos allí les diremos que estamos celebrando la Natividad anticipada. (Y de paso celebrando el triunfo de las fuerzas del cambio.) He dicho.
Maturín, 28 de Noviembre del 2005.