Después de las votaciones municipales del 8-D observamos expectantes a Ernesto Villegas y al Potro Alvarez, que a pesar de resultar derrotados tuvieron un desarrollo meritorio en la campaña electoral, que les valió ocupar cargos en función de continuar al servicio de la revolución desde la misma Caracas, donde se ubican los territorios que defendieron y reside la gente que quisieron liberar. Una iniciativa del Presidente Nicolás Maduro apostando con vehemencia a sangre nueva, a la generación de oro de Chávez, pero cuando observamos Maracaibo uno se pregunta ¿y qué ocurre con Miguel Angel Pérez Pirela?
El filósofo y analista comunicacional luego de los sufragios decembrinos se caracterizó por el silencio, hasta que ese mutismo fue roto por una nota de prensa la cual dice que vuelve a su programa televisivo La Iguana, y añade que redujo la dura brecha con la que el prófugo Manuel Rosales venció a Henry Ramírez y Eveling Trejo derrotó a Gian Carlo Di Martino; cuestión que se sabe, por eso aplaudimos su designación como candidato y pensamos que su vibrante actividad en la calle causando impresión continuaría en el corazón de esta calurosa región.
Pérez Pirela tuvo una encomiable acción que reconoce la población chavista, puso a la señora de Rosales a pata’emingo y se erigió como la alternativa en una ciudad hastiada en política de las caras de siempre, ahora no mantener su tarea en contacto directo con las comunidades preocupa, primero porque eso sería darle la razón a los adversarios que se le afincaron diciendo que era un paracaidista; segundo, porque cuesta mucho digerir a esos líderes que sólo aparecen abrazándose con el pueblo cuatro meses antes de la campaña electoral. Y tercero, porque un alejamiento de esta jurisdicción podría traer como consecuencia que esa gente “roja rojita” que se encuentra como caimán en boca ‘e caño, loco por ponerle la mano a la Alcaldía de Maracaibo, regrese con sus aspiraciones, sus ganas de “salvarnos”, pero con la bola de billete que le entra al ayuntamiento por situado y otros conceptos de por medio. De lo contrario no mueven un dedo. Son revolucionarios sólo si les dan la municipalidad, dinero y poder.
Muchos se reirán, faltan cuatro años para los próximos comicios locales, pero si los nuevos líderes de la revolución que nos llenan de esperanzas se resbalan, continuaremos en poder de Un Nuevo Tiempo. Pérez Pirela como en el boxeo conectó sus buenos ganchos al contrincante y debe seguir lanzando sus mejores golpes si quiere resentirlo.
Venezuela es otra, la gente cada vez cree menos en cuentos de camino y el trabajo debe hacerse de la mano de las comunidades, a fin de que los vecinos tengan la oportunidad de evaluar y pronunciarse según la labor cumplida.
Por eso, a Villegas y al Potro Alvarez los montaron casi al instante en el aparato y el canciller Elías Jaua, luego de ser derrotado en las elecciones regionales de diciembre de 2012 no descansa, y continúa la batalla en Miranda codeándose y sudando con esa gente que en la práctica no tiene gobernador pese a la victoria del candidato opositor, quien se caracteriza por su fatal desgobierno.
Francisco Javier Arias Cárdenas es otro ejemplo de lo que planteo, el mandatario regional se instaló y se fajó a trabajar en Zulia hasta recuperarlo. Ganó y ahora hace su gestión con más ahínco y dedicación. Así que, a mi juicio, esa debe ser la vía.
Pero en nuestro caso, Pérez Pirela según la nota de prensa, seguirá la pelea en la tierra del sol amada a través de La Iguana desde la capital; no voy a objetar el regreso a su programa y menos la manera en que señala seguirá su lucha política, pero recuerden que después de ojo sacao no vale Santa Lucía…y los maracaiberos, marabinos, maracuchos o como les quieran llamar, ya no comen mucho de coba.