Primera Parte
Aunque el infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras, sin embargo son tantas las cosas que pasaron con la integración latinoamericana, que uno no sabe donde encasillarla después de tantos fracasos.Veamos como se inicio esta larga travesía hacia la integración, sin que hasta ahora se hayan producido significativos avances.
El tema de la integración latinoamericana comenzó a plantearse luego de la Segunda Guerra Mundial, una vez que la ONU creó en 1948 la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). Correspondió a la CEPAL elaborar estudios y proyectos para la solución de los problemas estructurales de América Latina, así como impulsar el desarrollo económico, y a su vez, disminuir su dependencia económica con las sociedades post-industrializadas. Si bien los postulados de la CEPAL fueron importantes, no todas las propuestas fueron aplicadas, ya que solo algunas consideraciones se utilizaron a la hora de idear un proyecto integrador y desarrollista en América Latina.
Y al referirnos al tema de la integración, se debe mencionar que con antelación ya Europa había avanzado en esa dirección. En 1951 se firmó el Tratado de Paris, formalizando la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). El Tratado de París fue un tratado internacional basado en el derecho internacional, diseñado para ayudar a reconstruir las economías del continente europeo, evitar la guerra en Europa y garantizar una paz duradera.El Tratado expiró el 23 de julio de 2002, después de cincuenta años, como estaba previsto. El mercado común fue abierto el 10 de febrero de 1953 para el carbón, el mineral de hierro y chatarra y el 1 de mayo de 1953 para el acero.También merece mención, los Tratados de Roma del 25 de marzo de 1957. El primero estableció la Comunidad EconómicaEuropea (CEE) y el segundo estableció la Comunidad Europea de EnergíaAtómica (CEEA o Euratom).
Tomando en consideración esa interesante experiencia europea, y bajo los auspicio de la CEPAL, nace la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio(ALALC), tras la firma del Tratado de Montevideo en 1960, siendo su objetivo alcanzar un mercado común en un plazo de doce años, y la conformación de una zona libre de comercio. Según lo diseñado, el libre comercio permitiría que en un corto lapso de tiempo se hiciera posible que el intercambio comercial aumentara, lo cual ayudaría al desarrollo económico para facilitar la entrada al mercado común.
Pero deseos no empreñan, y lamentablemente contra la ALALC van a conspirar factores que impidieron que prosperara esta agenda estratégica para la integración de la región. Entre esos obstáculos merece mención especial el hecho de que para el momento existían muchas dictaduras militares, amen de la crisis económica que eran muy propias en economías subdesarrolladas. También, la búsqueda de soluciones individuales de cada país y el peso desfavorable de una política exterior basada en la hipótesis de conflicto regional, terminó por afectar negativamente cualquier intento de revitalizar la ALALC. Para 1978-1979 ninguna clausura del Tratado de Montevideo era respetada y el comercio interamericano (que se había visto reducido desde mediados de los sesenta), se realizaba por fuera del mismo.Ante esta situación los países de la región deciden finalmente darle un nuevo impulso a la integración, pero esto implicaba concluir con la ALALC y su reemplazo por un nuevo tratado de Montevideo que se conoce como Asociación Latinoamericana de Integración (ALDI).