Una vez más, en toda Venezuela el látigo de la contrarrevolución se mezcla con el cargado toque de Diana. Venezuela se encuentra en moción revolucionaria, en conmoción emancipatoria, la situación es tensa; los lacayos vestidos de negro-hipócrita buscan ayuda encubierta y abierta en el Vaticano; en las iglesias ya perdieron todo apoyo moral y popular, todo el mundo cree en cualquier dios salvo en el dólar estadounidense y en el ‘Mesías’ Bush. Son vacíos, secos, despojados de toda oposición democrática sana y de toda contradicción dialéctica. Sienten su decaída histórica inmediata, están listos para cometer hara kiri, cometer sus crímenes finales horrorosos para después desvanecer en el olvido globalizado salvaje, en la noche de traición más oscura, en el eterno nido fascista de las víboras farisaicas yanqui y de los mentirosos profesionales, en el infierno orweliano.
Sin embargo, parece que antes quieren llevar a cabo sus crímenes capitales y cardinales finales, quieren cometer alta traición contra el soberano venezolano, para jugar la última carta de su jefe en Washington: lanzar toda una serie de magnicidios, asesinar los líderes más importantes de la Revolución Bolivariana y, de hecho si es necesario, enviar a sus propios líderes del púlpito directamente al cielo, para después, como siempre lo han hecho, culpar al Presidente Chávez de los crímenes genocidas que ellos cometieron.
Ya no hay más nada que decir, el Vicepresidente José Vicente Rangel lo dijo todo: ¡Jacta est alea! ¡Las cartas están echadas! La sentencia política está dictada, hoy 4 de diciembre la ‘oposición’ se encontrará ante el juicio final de la verdad, del soberano, de la mayor fuerza de clase revolucionaria en Venezuela, frente a la justicia democrática del pueblo, de la lucha socialista de clase. ¡Y esto es una realidad, la cual ni siquiera pueden cambiar ni con explotar oleoductos ni con colocar explosivos en Caracas!
Hoy tenemos que sacarlos a punta-pies, es decir, incluyendo al tío Sam, de lo contrario, ¡todo se pondrá patas arriba! Entonces no será el cielo el límite, sino el eterno saqueo de nuestros recursos y riquezas naturales nacionales.
Washington y sus traidores locales nunca estaban interesados en ‘democracia’, en elecciones o en referéndum en Venezuela. Desde el comienzo, desde la hora que Chávez ganó las elecciones en el 1998, organizaron golpes militares, conspiraciones y sabotajes. Así que hoy, 4 de diciembre todos nos volvemos a encontrar en el campo de batalla, en defensa de la Revolución Bolivariana, de la Emancipación Humana.
Ya lo dijimos durante los últimos cinco años, si todavía no lo sabemos, bueno, entonces por lo menos Washington tiene claro como el sol, que después de la caída del ‘comunismo’, del ‘muro de Berlín’, el peligro más grande para la globalización es la Revolución Bolivariana.
Formamos la punta del iceberg de la negación del capitalismo, o sea del socialismo mundial. Cualquier verdadero marxista científico y filosófico sabe esta simple realidad sincera. Sólo hay que estudiar el odio internacional del complejo corporativo industrial militar, los comentarios de Bush, Rice y Rumsfeld para verificar esta simple verdad. Sólo hay que entender el contexto internacional de la actual intentona electoral en Venezuela.
Ser la punta de lanza militante emancipatoria de la revolución mundial es nuestra ‘suerte’ transhistórica, es nuestro calibre moral, es nuestro lunar bolivariano. Es nuestra fibra revolucionaria trascendental, nuestra cuerda de salvamento social, sin embargo, el hecho de que estamos sentados sobre una gigantesca olla de oro negro, que estamos envueltos en una gran nube galáctica misteriosa llena de agua y en un hábitat natural lleno de una bella biodiversidad de los colores del arco iris, es al mismo tiempo la espada de Damocles de la codicia, del egoísmo y de la avaricia corporativo-capitalista-imperialista, que permanentemente pende encima de nuestras cabezas inocentes.
Por esta misma razón, durante nuestro vía crucis liberador en los años y las décadas que vienen, estaremos permanentemente azotados por la ‘plaga norteamericana’ (Simón Bolívar), por esta verdadera Gólgota terrenal, por sus epidemias y pandemias globales: inter alia, intervenciones militares, conspiraciones, golpes, sabotajes, masacres, SIDA, gripe aviar, gripe española, armas de destrucción masiva, engaños al estilo Torres Gemelas, madres de todas las bombas, guerras atómicas, tsunamis, huracanes, inundaciones, sequías, terremotos, genocidios, magnicidios y extinción de la humanidad, todo hecho en USA.
Es mejor que ya nos preparemos a nivel psicológico, físico, militar, nacional e internacional para la batalla final, la ‘guerra de los 100 años’ (Chávez), para erradicar y aniquilar el capitalismo, el imperialismo y el corporatismo para siempre de la faz de la Vía Láctea.
Sólo así seremos capaces de crear nuestro propio nuevo modo de emancipación, donde nadie más nunca necesitará ningún ‘socialismo computarizado’ reformista, ningunos planificadores tecnócratas, ninguna nueva clase dominante que calcula equivalentes laborales y precios de mercado. De hecho, tenemos que crear y humanizar un sistema solar, donde nadie más nunca trabajará ni mucho menos como esclavos.
Como ya lo dijimos en comentarios anteriores, el trabajo de esclavos, el trabajo asalariado, es decir, la alienación per se es una relación perversa, unilateral, unilineal y patológica entre la naturaleza y la sociedad; es la conditio sine qua non para la explotación económica capitalista despiadada, para la dominación política imperialista, para la discriminación social globalizada, para la militarización corporativa universal y, para colmo y para identificarse a sí mismo: es la alienación humana total y totalitaria.
La creación y la producción son opuestos radicales, se niegan uno al otro, excluyen uno al otro, la primera es humana, la segunda es divina, es nada más que ora et labora feudal, es la oración y el trabajo globalizado, es el globofascismo.
Primero era el milenio de la producción, ahora la era de la creación amanece en el horizonte carmesí, como nacimiento del ALBA, como contrapeso a la decaída del fétido y apestante sistema del ALCA; esto es lo qué Washington quiere evitar en Venezuela, esto es el hedor golpista que la ‘oposición’, encabezada por el Monseñor Porras, ahora intenta de llevar a la Iglesia, a Roma.
Camaradas, como creadores emancipatorios, no importa qué pasará o podría pasar en el futuro revolucionario inmediato: todos tenemos que ir a votar hoy, tenemos que enriquecer nuestra ‘democracia revolucionaria’ (Chávez) participativa electoral.
Mientras tanto ya comenzo la próxima parte de la conspiración, la deslegitimación nacional e internacional. El país más fascista de la historia humana, los EE. UU., ahora está declarando nuestras elecciones legislativas como "un paso al totalitarismo".
Véase:
http://www.aporrea.org/dameverbo.php?docid=69739 .
Así que, camaradas, mañana, todos los días, escuchen el toque de Diana: ¡Adelante hacia la victoria histórica! ¡Hasta la victoria siempre!
Original en Inglés: Diana calls: Forward to historic victory! ¡Hasta la victoria siempre!
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=47255