Existen muchos ciudadanos interesados al fracaso del gobierno bolivariano, buscan estímular hechos contrarios a la normalidad juridica para crear desasociego entre los colectivos. Es menester que los medios alternativos y algunos regionales, reciban publicidades del gobierno central para aminorar los costos de ésta guerra mediática, es obligante plantearse varios escenarios para marcar distancia con la historia y proyectar un camino hacia el éxito. Para todos, es conocido que Estados Unidos busca afanosamente consolidar La Alianza del Pacífico y expandir sus negocios en México a través del cartel de los estupefacientes y Colombia,porque, precisamente allí tienen varias bases militares y su operador principal para Surámerica, Alvaro Uribe Vélez.
Los británicos junto a Colombia, desean utilizar la ONG Colombiana País 21 para ofrecer productos transitorios que potabilizan el agua sucia y contaminada en potable, pero, más allá se encuentra el Amazonas entre Brasil, Venezuela y parte de las serranias fronterizas con nuestro país vecino y el premier británico Nick Clegg busca invertir una gran cantidad de libras esterlinas en Bogóta y en tres ONG, que se infiltrarian en las principales ciudades del territorio venezolano a ofrecer dichos mecanismos de potabilización.
Hay que sanear nuestro pasado histórico. Hay que debatir sobre la ignorancia en la acción de un hecho político, el pueblo se artícula hacia su vigencia en las comunas y desea participar en su comunidad a través del poder popular. En este sentido, la oposición tomó un camino equivocado el de la violencia, los norteamericanos no pueden esperar más, necesitan nuestro gas, petróleo y agua.
Cerca de 1998, el Doctor Rafael Caldera quizo cambiar nuestra historia sí lograba un pacto con Acción Democrática, recordando el puntofijismo. Un hombre en el futuro estaba obligado a trazar ese rumbo, su nombre Hugo Chavéz Frías. Las protestas en sí, no revelan el concepto natural del venezolano, absorben un conjunto de criterios alimentados por el paramilitarismo colombiano y la influencia de el ex presidente Uribe Vélez, que no ha explicado su ingerencia en asuntos venezolanos.
Son días criticos, ambos grupos de la sociedad venezolana sienten la arremetida del Estado, por ejemplo, de circular libremente por el territorio nacional al colocarle un punto de control ilegitimo, como sucede el que se encuentra al frente del estadium de softbol Martha Medina en la vía Flor Amarilla de Valencia, porque los agentes municipales allí presentes son unos polí- chulos. La gente de abajo y los de arriba ven como se cometen actos fuera de ley en este lugar y quién los controla, esto, es solo un vértice de las protestas civiles que se suman a cada voz estudiantil, como ciudadana. De todas maneras, lo recaudado no va al fisco municipal sino a los bolsillos de estos jovenes agentes, verguenza nacional del trabajo administrativo público.
Es necesario plantearse nuevos conceptos sociales para proteger a la sociedad de tantos hechos ilegitimos provocados por la violencia política y doméstica. Es una gran tarea advertir sobre el incremento de una pugnacidad drástica tanto en el barrio, campamento como en las zonas burguesas, la tendencia ética y los valores reflejan la misma continuidad y caracterología para desarrollar los elementos de criminilización o ajustes sociales, es cuestión de interpretación del poder legislativo y el poder comunal.
Lo importante es que el Estado debe ir a un proceso de transformación social y de reformas, acabar con los herederos y usurpadores del poder por años, un mismo tren ejecutivo causa cansancio como perturbación económica, hay que imponer nuevos criterios en la administración pública para avanzar en el desarrollo comunal y urbano.
Lo cierto, hay que acabar con el estancamiento económico y darle vigencia a la historicidad del Estado que, exige un mayor dinamismo.