Trincheras de Ideas

De nuevo Heinz Dieterich contra la revolución bolivariana

Qué casualidad, cada vez que en Venezuela hay algún problema político o económico de alguna magnitud o gravedad aparece ese oscuro personaje en que se ha convertido el otrora teórico revolucionario Heinz Dieterich hoy alineado en las coordenadas golpistas del imperialismo yanqui. Baste sólo leer el venenoso título de su insolente trabajo de opinión: “Venezuela-Ucrania: ¿Sobrevivirá la 5ª República”, para percatarnos que no estoy haciendo una simple crítica a alguien con quien no comulgo, sino defendiendo nuestra Revolución Bolivariana y Socialista, al pueblo venezolano y a Venezuela toda de venenosos plumíferos al servicio del imperio como este intrigante.

En el momento más difícil, más duro, más peligroso para la Revolución. Ante la arremetida imperial, que no nos la imaginamos o fantaseamos nosotros sino que se expresó concretamente a través del Secretario de Estado yanqui John Kerry y del Subsecretario de Estado Alex Lee, que dejaron sentado la posición del gobierno yanqui en una grotesca, burda e insolente injerencia en los asuntos internos de Venezuela de ambos funcionarios, al punto de amenazar de manera directa al Presidente Maduro si apresaba a Leopoldo López Boves, no soltaba a los terroristas presos y dialogaba con la oposición.

Cuando una enorme concentración de 15 mil blancos y rubios burgueses y pequeños burgueses (la alusión étnica no tiene nada de racial o racista) se concentra en el Este de Caracas y amenaza con marchar sobre Caracas y arrasarlo todo, no dejar piedra sobre piedra en la ciudad como lo intentaron el 12 de febrero frente a la Fiscalía General de la República. Precedida por 5 días de saqueos, incendios, destrucción de bancos, agresiones múltiples a trabajadores del Metro, incendio de casetas del Metrobús, apedreamiento de 30 unidades del metrobuses, destrucción de 3 estaciones del Metro y agresión física a 50 trabajadores, generar pánico y estampidas en estaciones del Metro en el Este de Caracas. Acoso a VTV y a escuelas de primaria que han agredido con niños dentro.

Cuando las tensiones están en su grado máximo y lo que se necesitan son apoyos y solidaridad, viene Dieterich a decir públicamente que la obra fundamental del comandante Hugo Chávez, la 5ª República, se desploma… y viene una transición hacia una presunta 6ª República. Más inoportuno, desubicado, provocador, injusto e injerencista no podía ser.

Comienza su sibilino trabajo de opinión con una mentira, afirmando que la FANB no ha emplazado a Maduro –como si lo hizo la FA de Ucrania– y copia textualmente la presunta actitud de las FA ucranianas contra el presidente de ese país: “tomar medidas inmediatas, dentro del marco de la ley, para estabilizar la situación en el país y llegar a un acuerdo con la sociedad”.

Ya de entrada deslinda el poder militar del poder civil venezolano, poder militar del cual el Presidente Maduro es su máxima autoridad constitucional, el Comandante en Jefe de la FANB y Presidente del país, y evidentemente Dieterich sugiere un emplazamiento –puesto en boca de los jefes de la FANB– de que el poder revolucionario se doblegue ante lo que él llama “sociedad”. Evidentemente este señor deliberadamente desconoce el esfuerzo que en el sentido de la lucha por la paz y la unidad nacional ha hecho Maduro y la apertura con la oposición que tiene posiciones del gobierno (Gobernaciones y Alcaldías), al punto de haber realizado varios reuniones de trabajo en Miraflores, palacio de gobierno, con líderes de la extrema derecha como Capriles, Henry Falsón, Guarulla, incluso con alcaldes fascistas del grupúsculo voluntad impopular. Pero no sólo eso casi que llama a los mandos de la FANB a darle un golpe “suave” a Maduro. ¿Tendrá el prisionero Baduel algo que ver con esa posición? Hum, en esa sopa hay un hueso.

Después de la venenosa entrada el alemán hace una categórica y lapidaria afirmación que no deja posibilidad de salvar la Revolución Bolivariana: “Sin embargo, en todo lo que atañe a la sobrevivencia del gobierno Maduro ante la Contrarrevolución Naranja, Venezuela sí es Ucrania”.

Es decir, la contrarrevolución fascista tiene sus días contados para derrocar el Presidente, días más, días menos. La Revolución –que para Dieterich no existe– o el gobierno de Maduro no va a durar mucho porque la contrarrevolución, vale decir la ultra derecha fascista, ya tiene la fuerza de masas, política y militar, más el apoyo yanqui, para desplazar a Nicolás del poder por la fuerza la revolución naranja… como en Ucrania a través de un presunto “golpe suave”.

Para Dieterich Venezuela vive una lucha o guerra de facciones, no una lucha de clases. No hay un bloque de poder chavista con una propuesta programática como lo es el Plan de la Patria, furiosamente atacado por Dieterich. En ese sentido dirá simplistamente, nada científico como le agrada decir frecuentemente: “El conflicto en Venezuela es un conflicto hegemónico entre la facción neoliberal-proimperialista (López, Capriles) y la facción socialdemócrata (Maduro, Cabello) de la clase política nacional, por el control del plusproducto petrolero”.

Tamaño dislate teórico es inconcebible de un estudioso y científico social como ha sido Dieterich. Reducir la lucha post Chávez a una lucha de facciones “chavistas” y no la representación del bloque social hegemónico, contra las facciones neoliberales y no sectores de clase de la burguesía parasita pro imperialista venezolana.

Reducir al Gobierno de Maduro a una facción que prácticamente se roba el plus producto petrolero, es decir, que lo que se invierte en la construcción de casi 600 mil viviendas que se han entregado a venezolanos humildes no es ese provento petrolero que ya no se llevan las transnacionales. Lo mismo se podría decir de las computadoras que por millones se entregan a los estudiantes, de los CDI que se han construido por miles en las barriadas populares; la pensiones a millones de ancianos, el masivo cupo universitario que eleva al país al rango de ser el 5º país con mayor matrícula universitaria en el mundo. Es decir la siembra de ese plus producto petrolero, la redistribución de esa importante ganancia se reduce, según Dieterich a las ambiciones de una facción, adeca, es decir, social demócrata, nada de chavista y menos de socialista.

Mojonea Dieterich a sus lectores y se mojonea él mismo, pretende darse bomba con eso de que supuestamente era “asesor político” de Chávez, en el sentido que es él quien le da la solución mágica al grave dilema que tenía el Comandante con la idea “del centro político”. Que fue por esa propuesta que se salva el proceso revolucionario en aquel momento. La creación granciana del Bloque Histórico nacional que agrupa en su seno a las clases y sectores sociales opuestos, en el caso venezolano, a la dominación imperialista norteamericana, es un etéreo invento político de Chávez ignorante que sin darle las gracias al generosos Dieterich pone en práctica su genial idea del “centro político”. Es decir, el burdo plagio que sí hace Dieterich de la propuesta de Antonio Gramsci probablemente se la expone, en su lenguaje pastoso de un castellano mal manejado y salivoso, despojada de la fuerza que sí le dio el teórico comunista italiano. ¿Nunca se preguntó Dieterich por qué el Comandante no le contestó cuando le expuso su flamante teoría del “centro político”? Hay silencios lapidarios. Que Dieterich haya interpretado que la política amplia del bloque social empleada por Chávez él la interprete como su “propuesta” del “centro político es asunto de él. Claro la palabra “centro político” que emplea Dieterich connota una distancia de la “derecha política” y de la “izquierda política”, y Chávez en sus 15 años de Gobierno jamás estuvo ni en el centro y menos en la derecha, siempre estuvo a la izquierda.

Pero leamos lo que dice el ayudante imperial.

“En un diálogo nocturno con el amigo Hugo Chávez me dijo que alguna gente le recomendaba gobernar con las Fuerzas Armadas y con los pobres y me preguntó, qué pensaba de esto. Le dije que era una estupidez de gente ignorante. Que un gobierno estable en la sociedad moderna sólo era posible si se basaba en el centro político del país. No lo comentó, pero el hecho es, que ésta fue la gran contribución de Hugo Chávez a la estabilidad política en Venezuela: la creación de un centro político de la 5ta República, compuesto por sectores de las clases medias, populares, burocracias, burguesías, y financiado vía la renta petrolera”.

Más no terminan allí las falacias del Dieterich. El subtítulo del trabajo es una pregunta lapidaria y cruel: “Se salvará la 5ª República?”

Para el alemán una macro crisis de conducción política por parte de Maduro y su “facción” se está generando porque lo que él llama “el centro político”, y la realidad era la existencia de lo que en marxismo gramsiano se llamó Bloque Histórico, bueno este “centro” o bloque se desploma porque presuntamente no hay dinero para costear su costoso funcionamiento. O sea que según este señor lo que se ha producido en la Revolución es una estampida y el poder lo concentró la facción madurista que se apropia del plus producto petrolero y se enfrenta a la facción neoliberal-proimperialista. Leamos a Dieterich.

“La crisis actual resulta del hecho, de que ese original esquema de cooptación clasista del Comandante actualmente ya no es costeable. En consecuencia, la influencia del centro de gravitación del “bolivarianismo” se diluyó (a partir de 2010). Hoy día, el sistema se desintegra rápidamente, acelerado en su desintegración por la incapacidad total del gobierno de entender el proceso y controlarlo.

Bueno el ahora esquema del “centro político” ¿no era lo que le había propuesto a Chávez? Por arte de magia se diluyó, mejor dicho, por la incapacidad de Maduro y el equipo político/militar que no puede salvar la obra de Chávez. De hecho la 5ª República –categoría política acuñada por el Comandante Chávez cuando concibió la Constituyente y se plasmó en la Constitución Bolivariana– en esas condiciones según Dieterich se acaba.

En la otra parte de su artículo Dieterich niega de plano cualquier bondad a las políticas que contra la guerra económica, el contrabando, la corrupción viene implementando el propio Presidente Maduro y el Gobierno revolucionario. Ninguna de esas políticas, cuyo adelanto se dio en octubre y noviembre de 2013 y se plasmó en la altísima votación de diciembre para el campo revolucionario, votación popular en buena medida influida por esos golpes a la oligarquía, la corrupción y a la guerra económica que aplaudió el pueblo chavista. Por supuesto nada de eso significa nada o tiene valor político para el alemán, lo suyo es poner al Presidente como un político incapaz, desconocedor de la economía y cabecilla de una facción. La ley de Precios Justos según él no solucionará nada.

Pero no sólo eso, para este dudoso revolucionario lo que está en crisis el es modelo chavista y Maduro no tiene capacidad para resolver esa crisis. En ningún momento habla de lucha de clases, de ofensiva del capital financiero y del imperialismo yanqui contra la Revolución y el pueblo venezolano. No admite y deliberadamente deja de ver un estructural y bien planificado golpe y subversión oligarca contra la Revolución: guerra económica con el desabastecimiento, acaparamiento, guerra del dólar, usura; guerra mediática, guerra psicológica y paramilitarismo. Eso lo ignora para este personaje la crisis es del modelo político chavista que Maduro, el social demócrata, y su facción no saben cómo salvar. Ironiza y llama “quijotesca” las políticas económicas y la Ley de Precios Justos que sólo hará colapsar la economía, como afirman Fedecámaras y Venanchám. ¿Coincidencia?

Leamos nuevamente a Dieterich y sus venenosos juicios.

“¿Cómo salvar el proyecto de Hugo Chávez?

El actor político que presente primero un esquema convincente para la evolución del Centro político construido por Chávez, en las condiciones actuales de Venezuela, gobernará al país. Para el gobierno esto significa que su sobrevivencia pasa por una inmediata solución estructural de la crisis económica y la creación de una narrativa que pueden preservar las lealtades de los antiguos aliados del Bloque del Centro.

En ambos campos, el record del gobierno es abismal. A casi un año de haber asumido la investidura central, el Presidente no ha presentado un programa coherente ni tomado ninguna acción decisiva, para conjurar la crisis estructural del modelo heredado de Hugo Chávez. Por ejemplo, la Ley Orgánica de Precios Justos y “ganancias justas”, destinada, según Maduro, a “reorganizar todo el proceso económico venezolano”, es un documento quijotesco que hará colapsar la economía definitivamente. En lugar de medidas audaces sistémicos que requiere el rescate de la economía, se improvisan medidas paliativas y populistas en este paraíso socialista, donde el capital bancario paga menos impuestos que los obreros y donde sectores parasitarios se apropian impunemente con la ayuda del Estado de la renta petrolera”.

Ataca las políticas de seguridad, las ridiculiza como lo hace la derecha, ironiza. Leamos.

“El “Plan de Paz y Convivencia” es otro ejemplo patético de cómo se manejan los asuntos del Estado en la crisis actual. Solo ofrece generalidades, policías adicionales y exquisiteces, como cursos de carpintería en centros penales. Según el Presidente, el mega magnate Gustavo Cisneros le dijo que quiere “contribuir de corazón” a esa propuesta de paz. ¿Y, por qué no? “Paz” para los magnates es la paz para explotar. Y esta paz no está en peligro en Venezuela”.

Ahora habla el consejero político, el sabio, el que no se equivoca, el que se ha reunido con presidentes y altos oficiales para resolver crisis. Jaquetona y pedantemente dice: “sabemos in concreto, que el último decisor de la política en regímenes burgueses es la Fuerza Armada”. Es decir, según este personaje el nuestro es un régimen burgués –¿suena conocido el término régimen que connota dictadura, tiranía?– nunca un gobierno popular, nacionalista, antimperialista en marcha hacia el socialismo. Chávez, según ese mediocre, ultroso, venenoso análisis, era un burgués, también lo es Maduro que se reúne con burgueses como Gustavo Cisneros. De nuevo, para finalizar su maledicente trabajo de opinión, subvierte, al dejar colar que las fuerzas armadas y las élites (–¿políticas, burguesas?–) son las fuerzas decisivas de la crisis que vive Venezuela. En el paquete mete a “las masas”, sofisma que utiliza para tranquilizar a algún izquierdoso que lo lea y comparta su análisis. Para consuelo nos habla de… la 6ª República, ya mató la 5ª y le asesta una nueva puñalada al Comandante Chávez.

“Las Fuerzas Armadas, las elites o vanguardias y las masas, son las fuerzas decisivas, cuando las modernas sociedades de clase entran en crisis sistémicas. Por el bien del pueblo venezolano esperamos que esos decisores pronto logren consensuar un proyecto de salvación nacional que facilite la transición pacífica de la 5ta a la 6ta República. La 5ta República ya es pasado. Sólo su evolución progresista puede salvar lo mejor de la obra y vida de Hugo Chávez”.

Mejor trabajo a la derecha, a la oligarquía y al imperio no es posible. Como por aquí decimos: “Te la comiste Heinz Dieterich. Con amigos como tú no se necesitan enemigos”.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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