Con el mismo ímpetu que nos pronunciamos anteriormente y nos referimos a la situación del país, haciendo denuncias y marcando nuestra posición radical y consciente en torno a la realidad que vive nuestra Venezuela. Nosotros, el Movimiento de Jóvenes Revolucionarios Afrodescendientes, marcamos nuestra posición desde la realidad contextual que nos impone nuestra amada región Barloventeña.
Es necesario, en primer término, denunciar la ausencia y el desgobierno por parte del mandatario del estado Enrique Capriles Radonski. El desolado Estado Bolivariano de Miranda a pesar de tener un gobernador democráticamente electo, pareciese que no tuviera dirigente alguno. Radonski se esfuerza en la realización de múltiples viajes internacionales, en la implementación de políticas partidistas y en su empeño por implantar un gobierno neoliberal. Todos sus intereses están orientados a llevar a cabo la instauración de una presidencia de derecha. Esto trae como consecuencia la desatención de nuestros pueblos, ya que se dejan de cumplir las labores primigenias que debe tener una gobernación para imponerse tareas partidistas y personales .
Desde el órgano gubernamental las respuestas a nuestras carencias y problemáticas son prácticamente nulas, las visitas del gobernante a las distintas regiones son prácticamente inexistentes, la desatención es preocupante y demanda nuestro estudio. Ahora, si bien la desatención en Miranda es evidente, lo es en mayor medida en la zona Barloventeña. Nuestra región ha sido relegada al olvido. Capriles Radonski nos castiga por ser una región que no apoya su propuesta de gobierno, nos castiga por querer ser el contrapeso de la derecha en Miranda. No nos toma en cuenta por ser una zona roja rojita. La atención del gobernador esta direccionada a las zonas metropolitanas ya que estas representan mayor cantidad de votos.
A pocos meses de comenzar su segundo periodo gubernamental queda en evidencia a dónde va el dinero que el gobierno nacional le otorga, entre las campañas electorales y su empeño de implantar un gobierno derechista, tratando de derrotar al proceso bolivariano por la vía del voto, pero no conforme con esperar su turno, alza el vuelo refugiando a una estampida de salvajes que se creen súper hombres por tener el respaldo de los mercenarios racistas de la parapolítica Colombiana, manteniéndolos en movilización constante día y noche, con logística suficiente como para abastecer a los soldados que participarían en una eventual tercera guerra mundial; convirtiendo la administración mirandina en un saco roto, para luego acusar a nuestro presidente obrero ,Nicolás Maduro, con la mentira de que no le entrega el dinero correspondiente al presupuesto que destina la entidad mirandina al gasto público.
Es por eso que, con una descarga de amor y abogando por la vida y la paz, la juventud afrodescendiente se volcó a las calles con el más firme propósito de repudiar la mentira y la violencia desatada en Venezuela, específicamente en el estado bolivariano de Miranda. Esta juventud afrorevolucionaria que nació como el chirel del cacao en estas tierras baloventeñas, con la inquietud de luchar por la moral revolucionaria, alza la voz de protesta. Protestamos contra la “timidez” con la que los gobiernos actuales de la revolución han atendido la problemática social, aun así, salimos a defender al proceso bolivariano y al proyecto de patria que creó el presidente Hugo Chávez y que hoy lidera el presidente Maduro. Denunciamos el menosprecio a nuestro territorio ya que han tirando al traste incluso, el hecho de que en nuestra región el proceso bolivariano ha triunfado en las 19 elecciones. Hemos enfrentado siempre con mayorías significativas los comicios electorales. Barlovento tiene una esperanza de cambio. Deseamos dejar de ver en nuestra región una democracia participativa para dar paso a una democracia realmente revolucionaria.
Así como lo dejamos claro la primera vez y siguiendo los lineamientos que pregona nuestra organización, nos es necesario analizar también las posibles causas y responsabilidades que nosotros mismos como proceso bolivariano tenemos en torno a dicha problemática , y es que más allá de generar criticas vacías a nuestros líderes e instituciones, lo que buscamos en la JRAV es la comprensión de la geopolítica nacional, regional y local, misma que genere en todos los que creemos en este proceso de cambio impulsado por el “poder popular”. Una visión crítica, seria y sana, que lleve intrínseco el verdadero espíritu revolucionario, entendiendo claramente que el ser “revolucionario” no es cuestión de un color o una tendencia política, “revolucionario es todo aquel que innova y crea cambios trascendentales para la sociedad”. Por eso es necesario aclarar que no todo aquel que critica es un enemigo, porque como dice un dicho “tu amigo no es aquel que te alcahuetea todas tus acciones, sino aquel que te ayuda a ver tus errores y comprender tu accionar para que mejores en un futuro”.
Volviendo al tema del desgobierno de Capriles y la “timidez” con la que nuestros líderes han afrontado las resoluciones a las problemáticas de nuestra región, es bueno evidenciar que si bien, la región barloventeña puede jactarse de mencionar el hecho de poseer alrededor de 25 nativos en altos cargos gubernamentales, también es muy cierto que el pueblo de la región ha percibido pocas “bondades” de tal cifra de representantes en dichos estratos de la dirigencia pública. Ante esto es necesario preguntarse, ¿Por qué sucede esto?, ¿a que se debe esa “timidez” en el accionar de nuestros gobernantes?, ¿falta de apoyo con 25 altos dirigentes pertenecientes a la zona?, sería bueno conocer las respuestas a dichas incógnitas, pero mucho más interesante es saber la respuesta al direccionamiento que debe darle el gobierno nacional a los recursos y obras que desde allí se implementan; porque si bien es cierto que mientras Capriles gana las elecciones estadales gracias a la gran densidad demográfica que poseen municipios capitalinos como Sucre , es igualmente cierto que el gobierno nacional y nuestra dirigencia, se enfocan más en atender los problemas de esas localidades capitalinas, que en gestionar y adelantar planes de desarrollo reales en la zona barloventeña. ¿Será que esta dejadez tiene que ver con el hecho de que no representamos una zona significativa en lo que se refiere a votos?
Ante este último análisis surge casi que sin querer una nueva y más complicada interrogante, ¿cuál debe ser la estrategia a implantar?, ¿debemos seguir inyectando preferentemente los recursos en esas zonas capitalinas en las que llevamos ya varios años sin recibir la correspondencia esperada por parte de sus habitantes? o ¿debemos inyectar de manera equitativa valorando los esfuerzos de las zonas en donde nuestro pueblo se vuelca a las calles y se moviliza de una manera apoteósica cuando se le exige el llamado por parte de la revolución bolivariana y que hoy en día reciben solo pequeños paños de agua tibia?
Queremos dejar en claro que la intención de este documento no es generar incomodidades dentro de las filas revolucionarias, pues como ya lo dejamos bien lo dijimos, estamos comprometidos con este proceso bolivariano y con el legado de nuestro máximo líder y guía, el comandante Hugo Chávez Frías. Tampoco deseamos generar comparaciones que resulten odiosas entre qué región o población merece en menor o mayor medida el apoyo gubernamental, solo demandamos lo que nos corresponde. Queremos hacer un llamado de atención a nuestros dirigentes para que conciban con una visión distinta nuestra región, esperamos puedan evaluar la potencialidad que poseemos de manera exhaustiva y estamos seguros de que podrán sacar mayor provecha de nuestras tierras, no solo somos un cumulo de tierras, no solo somos una zona agrícola, dejémonos de cliches. Pedimos a las máximas autoridades nacionales, que puedan aprovechar y utilizar nuestra región como punta de lanza de un proceso transformador que sin duda alguna, es el correcto, con todos sus defectos y errores; no debe tampoco la ciudadanía olvidar los tristes y oscuros momentos vividos por nuestro pueblo durante los gobiernos de títeres terroríficos, a los que fuimos sometidos durante los casi 50 años de la cuarta republica,¡ hacia el pasado, ni una mirada de compadecimiento camaradas!
El mayor enemigo de este proceso de cambio impulsado por el poder popular, no se encuentra acechando en la mente de un líder político enfermo y psicótico, ni en un “think tank” de alguna ciudad del mundo, mucho menos en la sala de redacción de un diario. Se encuentra arraigado en nuestro propio ser, en nuestra propia naturaleza; la corrupción, la burocracia, el sectarismo, la demagogia y los males heredados casi que genéticamente, gracias a nuestro andar dentro de un sistema individualista y capitalista, son el principal flagelo que puede derivar en el desarraigo de las conciencias, por ende, en el decaimiento de un proceso que tiene la firme intención de crear un nuevo orden en la vida social del venezolano.
Es por eso que desde el seno de la organización “Jóvenes Revolucionarios Afrodescendientes de Venezuela” (JRAV) queremos evocar a la buena intención de nuestros líderes políticos y sociales para que se propongan con verdadera determinación el buscar soluciones reales a los problemas de nuestra zona, a dejar de lado los vicios y mañas que se han adquirido con el tiempo y a confrontarse con sus raíces humildes; Pero más importante aún, nuestro llamado va dirigido a esos líderes comunitarios, a esa juventud revolucionaria y a la comunidad en general a tomar las riendas de su futuro, a que tomemos de una vez y por todas, la bandera de la comuna como eje central del desarrollo social, ya basta de esperar las iniciativas por parte de las instituciones. Las iniciativas deben nacer del colectivo, de la asamblea, de la comunidad….del pueblo mismo. Las instituciones son solo el vehículo que transportan y transmita sus propuestas. Ya es hora de implementar el verdadero poder comunal.
Ante estas descripciones, proponemos la mejora de la educación como eje central para solucionar las desigualdades sociales en barlovento, con el reconocimiento de nuestra historia lograremos deslastrar de nuestra región los flagelos impuestos desde la Gran Caracas. Nuestros dirigentes deben entender que la solución para nuestro Barlovento debe ser desde nuestra raíz histórica, utilizando como vía para la transformación social la educación y la formación de nuestros jóvenes. Si logramos generar una transformación en la formación académica de los niños y niñas de la zona, tendremos ganado un gran terreno a problemáticas como la inseguridad, la delincuencia, el desempleo y la desigualdad, imperantes hoy en día en la dinámica cotidiana de nuestras comunidades.