No cabe duda, el Presidente Nicolás Maduro se crece cada día que pasa. En la dificultad hasta más que en el sosiego. Nadie puede ignorar la extraordinaria iniciativa de una Conferencia por la Paz, para buscar el entendimiento entre todos los venezolanos, evitar una guerra fraticida y, la por ahora hipotética pero siempre amenaza latente,una intervención extranjera. Tal como ha ocurrido en otras latitudes, caso más reciente Ucrania.
La frase más clamorosa que este artículo quiere resaltar es que Nicolás Maduro declaró, hace pocas semanas, incluso anterior a esta coyuntura, que él quiere ser el Presidente que completó la obra de Chávez. O sea, ir más allá de una simple-¡ni tanto!-continuidad. Completar la obra revolucionaria, emprender lo que no se había abordado: por falta detiempo para actuar, pero más importante que eso, porque los procesos sociales llevan unadinámica de maduración, imposible de adelantar. Porque además la derecha más rancia opositora se encargó de que eso no fuese posible, como ahora, en este mismo momento, negándose a aceptar la invitación para reunirse para la Conferencia por la Paz. ¡Paz para Venezuela! La rechazan, la insultan, la tergiversan, la descalifican. Porque saben con certeza que difícilmente ganarán en un revocatorio, y que esta vía por la violencia es la única salida, que en sus locas cabezas vislumbran para asentarse nuevamente en el poder. ¡No volverán!
Habrá muchas tareas que deben ser completadas, pero ahora se está logrando el milagro, la comunicación de acá para allá y viceversa, tema que traté en septiembre de 2012, cuando estábamos en plena campaña presidencial (www.aporrea.org/actualidad/a149674.html). Ahí señalaba: “Es obligatorio inventar una vía de comunicación, de acá para allá y viceversa, esa materia que tanto está fallando en todo el proceso político revolucionario. Darle a este asunto la prioridad que requiere pues la incomprensión de las bondades del Socialismo del siglo XXI, mediante el lenguaje agresivo e irresponsable, es como un cáncer que carcome la estructura, que contagia a nuestros niños, nuestros jóvenes adolescentes, nuestros hijos universitarios. Ellos también son la generación del futuro.Incluyamos en el próximo período de trabajo también este gran esfuerzo, esta otra, importante Misión: ¡comprendernos los unos a los otros!“.
Por eso me siento complacida y esperanzada, porque esta lamentable y dolorosa coyuntura sirvió para que se diese el salto cuántico que ya nuestro Presidente Maduro estaba incubando y que al Presidente Chávez no se le permitió.
¿Qué mejor señal que esta? Una convocatoria a toda la sociedad, a los partidos políticos, a los estudiantes que son utilizados para la protesta, por su alma sencilla, sin malicia, bondadosa, por su pasión e ímpetu de juventud. Trataremos de trabajar con ellos enun proyecto que se llamará VICEVERSA. Como un aporte modesto al proceso revolucionario, como un compromiso sentido hacia Chávez y, ahora, hacia el Presidente Maduro. Porque está claro que ¡queremos colaborar en esta democracia participativa!
Y deseo terminar con otro párrafo de un artículo ya escrito en este portal, siempre en septiembre 2012 (www.aporrea.org/actualidad/a150517.html) donde señalaba para el candidato Chávez, pero hoyes también muy válido para el Presidente Maduro: “Convidarlos a trabajar unidos hacia la obtención de la mayor suma de felicidad posible, para todos sin exclusión. Y, muy importante, asegurarles que este gobierno siempre ha estado, y estará, dispuesto a revisar y rectificar. Se trata de una gran tarea, gigantesca, pero ya sabemos que esta revolución hace milagros. Busquemos la reconciliación. Aunque no llegue el abrazo fraterno, por lo menos el respeto y la solidaridad entre todos. ¡AdelantePresidente! ¡Adelanterevolucionarios!¡Adelantevenezolanos!”