Trincheras de Ideas

¿Está Dieterich jugando a la conspiración?

De nuevo el detractor Heinz Dieterich ataca a la Revolución Bolivariana la cual da por derrumbada y con ella la V República creada por Hugo Chávez. Da por sentada –en su extraño análisis– una alianza entre el exchavismo y una presunta burguesía nacional, alianza legitimada por Maduro en la Conferencia Nacional por la Paz.

Según el aventurero alemán el Presidente Maduro lleno de miedo ante una inminente invasión yanqui, acoquinado por la brutal guerra mediática nacional e internacional que no puede parar, la economía derrumbada, la caída atroz de la reservas internacionales, la crónica escasez de alimentos, las crecientes manifestaciones opositoras y el menguado apoyo internacional, aceleraron el pacto ante una brutal traición al ideario chavista.

“Peor es nada a perderlo todo”, pone de manera infame en la boca de los camaradas Maduro, Cabello y Arreaza. Ello demostraría “que es el fin del proyecto histórico de Chávez, el fin de la 5ta República”.

Ya Dieterich cambió su análisis de hace una semana donde afirmaba de manera solemne que Maduro no pasaba de marzo o, cuando mucho, de abril. Se salvó con la traición al Comandante Supremo y su alianza con la burguesía. Afirma paladinamente que “Chávez gobernó con sectores de la burguesía, pero con la burguesía en un lugar subalterno. Hoy día, la burguesía envalentonada se empareja. Hoy día, todo tiene que negociarse entre "iguales".

¿Qué les parece ese análisis tan peculiar, tan original y “científico” del antiguo “asesor” de Chávez?

Hugo Chávez gobernó con la burguesía, de la oligarquía que tanto detestaba, que lo digan los oligarcas dueños de RCTV que la perdieron, la renacionalización de las industrias básicas, Cantv, la Electricidad en manos de burgueses extranjeros, la expropiación del imperio del maleante Mezerhane, de los Machado “que estafan pero dan trabajo” y sus siderúrgicas nacionalizadas, ¿verdad María Cochina?. El listado de expropiaciones y nacionalizaciones y de eliminación del latifundismo es muy larga y no cabe en este trabajo pero los revolucionarios las conocen.

Según el filósofo ahora burguesía nacional y exchavismo (nueva social democracia) gobernarán “entre iguales”, es decir, el 14 de abril de 2013 no ganó Nicolás Maduro y el 8 de diciembre no arrasó el chavismo en las municipales que subió millón y medio de votos sobre el fascismo. Eso lo borró la oligarquía con su guerra sucia, sus guarimbas, el golpe suave del imperio, el terrorismo del paramilitarismo uribista. Ellos no fueron al llamado de paz del Presidente porque están siendo precisamente derrotados en la guerra sucia, con la ofensiva popular y las enormes movilizaciones de los trabajadores y del pueblo chavista.

Este aventurero se zumba la perla de decir que los grandes ganadores de la alianza o coalición recién formada, para su presunta transición es, en primer lugar, el monopolio empresarial Polar y su amo Lorenzo Mendoza. A su lado está la reaccionaria Iglesia Católica (la curia, por supuesto) y el desprestigiado y eternamente derrotado Enrique Capriletti Radonski. Afirma HD: “A partir de ahora, la troika comparte el poder del Estado con la Santa Trinidad del Gran Capital, de la política imperial y con el Vaticano”.

Para Dieterich durante los 11 meses que tiene gobernando Nicolás Maduro no ha desplegado una sola reforma económica. La lucha contra la industria del contrabando, contra la usura, las alzas desmesuradas, el acaparamiento de productos, la inflación artificial o inducida, el manejo político del dólar y el mercado negro por parte de los oligarcas, la Ley de Precios Justos y las diversas instituciones creadas para optimizar y sanear las importaciones, los controles y un conjunto de otras medidas para defender el salario del trabajador evidentemente no significan nada para este aventurero. Esas no son reformas sino paños calientes en la economía. Para él las grandes reformas las hará “el nuevo Ministro de Economía (de facto) Lorenzo Mendoza”.

Dieterich le atribuye a Lorenzo Mendoza tal poder ya dentro del Estado (que dejó de ser revolucionario) las doce líneas del más rancio neoliberalismo que llevó no fueron propuestas del oligarca sino que fueron impuestas y, por supuesto, aceptadas dócilmente por un Maduro amaestrado.

Leamos el bárbaro, brutal, mentiroso y dañino análisis de Dieterich dirigido a captar incautos y a intentar dividir las fuerzas revolucionarias chavistas y socialistas haciéndole un flaco servicio al proceso revolucionario venezolano que es el objetivo último del enemigo imperialista y de la oligarquías de América.

“El objetivo y la metodología de las doce líneas de trabajo que impone son muy claras. Reformas neoliberales en todos los campos de la economía, desde las leyes del trabajo – “flexibilización de las permisologías del trabajo”, en la jerga de los burócratas–  hasta la liberalización del dólar, todo según los intereses de ganancia de la patronal. Maduro, Cabello y Arreaza, que no poco saben de economía, no van a ser más que parte de la coreografía de este hábil intelectual orgánico del gran capital, que es Mendoza. Rafael Ramírez, que sí sabe de economía, pasará a segunda línea, lo sacan como Samán, o lo aíslan en PDVSA, si no se somete”.


En su sarta de especulaciones y mojones pseudo políticos este intrigante personaje, que está jugando y forma parte de la conspiración, muchos de cuyos actores aún no aparecen, le hace abiertamente un favor a esa oligarquía que dice denunciar y clava un puñal de un millón de dólares por la espalda al noble pueblo de Venezuela. Pero la paja ya no le cabe en la bocota.

“Si a Mendoza le tocó la cartera económica, a Henrique Capriles le toca parte del poder de la cartera política. No está mal para él, como plataforma para llegar a la cúspide del poder. Con habilidad maneja sus negociaciones a través del gobernador de Lara, Henry Falcón –ex chavista– quién fue su jefe de campaña en las últimas elecciones.

La pacificación de los "violentos" queda en manos de la Iglesia”.

Ofensivo y perverso hasta lo indecible, intrigante, chismoso, Heinz Dieterich ataca como el mayor enemigo de un proceso que no pudo influir con sus ideas locas, absurdas y desfasadas y menos manipular al Comandante Supremo y Eterno. El odio de los fascistas que incendian y destruyen el país y sus bienes e infraestructura, asesinan, contratan mercenarios extranjeros contrasta con el que vierte Dieterich contra nuestra Revolución Bolivariana y Socialista.

“Desde las alturas de la ilusión del poder total y estable, creado después de las elecciones municipales, la cúpula gobernante ahora se ha lanzado en paracaídas para rescatarse. El verdadero precio de la derrota, causada por arrogancia, sectarismo y falta de eficiencia, se verá pronto, cuando los vencedores relativos pidan su tajada de los negocios”.

Al paso dado por el empresario monopolista Lorenzo Mendoza es sólo el comienzo, según Dieterich, para consumar el golpe de Estado iniciado el 23 de enero y expandido el 12 de febrero con los disturbios fascistas en Caracas. Culpará a la dirección revolucionaria del desastre, mientras el imperio yanqui se lanza a apropiarse del jugoso botín petrolero venezolano y el resto de sus riquezas. Piensa este intrigante que el pueblo venezolano, el Ejército, la Milicia, las Comunas y Consejos Comunales, los trabajadores del campo y la ciudad, los indígenas, son mochos, es decir, verán expectantes cómo se derrumba su revolución ante sus propios ojos sin movilizarse y sin disparar un tiro, no saldrán a la calle y harán corregir a sus dirigentes, al partido cualquier error o desviación. Para este sinvergüenza no existe la conciencia de clase, de Patria, de dignidad de nuestro pueblo y las enseñanzas del Comandante Supremo Hugo Chávez. Este anciano lleno de envidias y frustraciones en el final de su vida, instrumento de torvos intereses, no logrará calar a las legiones de revolucionarios venezolanos y latinoamericanos.

Dice “Y las mayorías pagarán, como siempre en la historia, la ceguera y estupidez histórica de los líderes. Sin embargo, no hay ninguna garantía, que el imperio y sus sátrapas tropicales se contenten con un arreglo de esta naturaleza. Si pueden tener el control total del país, ¿por qué se van a contentar con una parte del botín? Más, cuando la derrota de Obama y sus títeres en Ucrania sugieren un quid pro quo de la realpolitik en otra parte”.

Desmontar la infamia de este discurso que influye en algunos camaradas es fundamental. La movilización y la organización ante la agresión imperialista y oligarca es fundamental. La unidad es vital para la defensa de la soberanía y para poder vencer.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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