Una de las nuevas estrategias de los golpistas asesinos que están intentando derrocar al presidente Nicolás Maduro, es generar violencia en los barrios y zonas populares de algunas ciudades del país, como Valencia, por ejemplo, infiltrando francotiradores, mercenarios y paramilitares que actúan escudados en marchas y concentraciones supuestamente pacificas, pero que tienen como propósito atizar enfrentamientos, crear conmoción psicológica a través de muertes selectivas y confundir a la opinión pública con el apoyo de medios de comunicación como el diario Notitarde que miente y manipula la información descaradamente.
El plan está siendo organizado y dirigido sistemáticamente por algunos alcaldes de la oposición y por altos funcionarios de la Universidad de Carabobo, que tratan de trasladar la violencia desde las urbanizaciones de clase media y alta, a las barriadas pobres ubicadas en el sur de Valencia y principalmente en grandes parroquias como la Miguel Peña.
Quienes administran la chequera de donde sale el pago para los mercenarios y guarimberos yupis, que asesinan, cierran calles, queman vehículos y asaltan instituciones públicas, están conscientes que han fracasado porque nuevamente subestimaron la inteligencia de un pueblo que permanece tranquilo y en paz en sus comunidades, pero atento al desarrollo de este nuevo ataque a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Valencia está tranquila, con la excepción de zonas residenciales como El Trigal, El Viñedo, Guataparo, Guaparo, y otras, que han sido cercadas por guarimberos con sueldo, que empiezan a sentir la presión de algunos de sus propios vecinos, que ingenuamente apoyaron la protesta, pero que nuevamente se sienten utilizados por asesinos
Recientemente el gobernador de Carabobo, Francisco Ameliach denunció al alcalde del municipio San Diego Enzo Escarano y al secretario de la Universidad de Carabobo, Pablo Aure, de ser los responsables de las acciones criminales desarrolladas al sur de Valencia. Por cierto, que Pablo Aure, también, como ahora, estuvo muy activo, en el golpe del 2002 mostrándole pantaletas a los efectivos militares.
Este miércoles 12 de octubre en horas de la tarde los violentos volvieron a impedir el tránsito por la avenida Bolívar de Valencia, principalmente a la altura del Abasto Bicentenario, seguramente con el propósito de impedir que la población del sur pueda adquirir los alimentos a bajo costo en dicho establecimiento.
No es casual que todos los mensajes que publican los golpistas en las marchas y concentraciones estén dirigidos a persuadir a las clases populares de que protesten por carencias que estas no tienen.
Los guarimberos acomodados del norte de Valencia intentan obligar a la gente del barrio que proteste por hambre cuando éstos no tienen hambre. “ Todos a la calle el país se muere de hambre ”. Las mismas frases y consignas son repetidas por los medios de comunicación porque se trata de un plan sistemático, que como lo dijimos en un artículo anterior, obedece a una semántica criminal y violenta que ataca al subconsciente colectivo a través de una brutal guerra psicológica.