En este momento cuando la mayoría de los medios privados direccionan una semiótica de alto impacto psicológico para mentir y catalizar instintos violentos en grupos terroristas de la oposición, la Fundación Lectura Critica propone que el Ministerio de Comunicación e Información active un plan alternativo en todo el país, que pudiera llamarse “Colectivos de comunicación por la paz y la verdad”, con el propósito de orientar al pueblo y atenuar los efectos de la propaganda subversiva que a diario impulsan los medios privados camuflada como información.
En el plan de contingencia participarían todos los colectivos que están activados en las zonas populares, con la colaboración de los medios alternativos y comunitarios. La idea sería entregar la información directamente (cara a cara) a la población a través de panfletos, libelos, afiches y pancartas, todo eso acompañado de música, teatro de calle y otros instrumentos alternativos para la comunicación popular. Sin descartar, por supuesto, la utilización de las mal llamadas “redes sociales” y la visita a periódicos, radios y televisoras privadas para declarar a favor de la paz y la verdad.
La actividad tendría que tener apoyo logístico y técnico del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e información, institución responsable de la política comunicacional del Estado. Sería esta una forma de contrarrestar la campaña de terror que busca generar rabia, indignación, frustración, angustia, impotencia y sobre todo confusión, por intermedio de la intermediación emocional que realizan los grandes medios, aplicando técnicas goebbeleanas que son dirigidos desde laboratorios.
Recientemente el periodista Earle Herrera en un artículo publicado aquí en Aporrea se preguntaba qué había pasado con la cacareada, pero sobre todo fracasada “guerrilla comunicacional”, que de haber tenido continuidad estuviera ayudando mucho en estos momentos a orientar a la población, impidiendo el cerco mediático y restándole fuerza a la manipulación informativa.
Es urgente salir a la calle con los “colectivos de comunicación por la paz y la verdad”, sobre todo en este intento golpista cuando los asesinos y terroristas, como hicieron también en el pasado con los Círculos Bolivarianos, intentan demonizar y desprestigiar a los “colectivos”, que no son más que organizaciones populares que trabajan llevando alimentación, salud, vivienda, y sobre todo amor, paz y solidaridad a las comunidades pobres de Venezuela.