Pildoritas 57 (año VII)

¿Por qué?

Se suponía que cuando la justicia diera los pasos ya conocidos y absolutamente necesarios de, en cumplimiento de las órdenes judiciales, el ejecutivo tomaría, por obligación y elemental lógica, las correspondientes previsiones ante la reacción que como hemos visto ya están tomando los seguidores del jefe de la rebelión aquí en el Táchira, en la cabeza de sus lugartenientes que también se supone ya deben estar identificados por las autoridades.-

Es sorprendente tener que aceptar que no ha sido así, pues ya los habitantes de esta capital estamos viviendo las primeras acciones de represalia y más cuando el sanguinario alcalde ha trasmitido ordenes precisas desde la cárcel, a esta hora en que escribo esta nota, el gran supermercado Gran Parada ha comenzado a ser saqueado, la Biblioteca Publica esta siendo asediada y han incendiado un vehículo muy cerca y las fuerzas del orden y/o bomberos nada que ver .

Que no me vengan a tildar de promotor de rumores o ave se mal agüero, pero hay que vivir lo que los habitantes de esta tierra de la cordialidad a la cual sólo de ello le queda el recuerdo, estanos padeciendo, ya llevamos bastante rato sin electricidad y lo que se espera, son arremetidas terribles, pareciera que los nuestros, encargados de protegernos no han caído en cuenta que quienes conforman las turbas destructoras y asesinas son personal paramilitar contratado y bien pagado y personas reclutadas y entrenadas por éstos, para que pongan en práctica lo que saben hacer y que aquí les ha resultado juego de niños, pues han encontrado todas las condiciones y facilidades para actuar a sus anchas, es por ello que las pocas veces que la fuerza publica ha actuado y logrado despejar alguna barricada, la respuesta es que montan la misma cuando les dan la espalda y una más en represalia.

Aquí no ha sido posible restituir los derechos constitucionales violados cada vez más y a mayor número de personas, por lo que nos preguntamos, al ver como a la gente del este de Caracas aunque tarde porque se pudo evitar las muertes que allí sucedieron, se les restableció el orden, la paz y sus derechos: ¿qué tienen los ricachones que allá viven que no tengamos nosotros los gochos, por qué razón aquí no se toman medidas similares, por qué cuando se logra desmontar una barricada, se abandona el sitio para que la vuelvan a montar, por qué las labores de inteligencia no han servido de nada para adelantarse a los planes de lo facinerosos; la verdad es que mi materia gris no me da para responderme estos interrogantes y menos respondérselos a quienes me preguntan, unos rayando en la desesperación y otros desencantados y a punto de perder todo asomo de credibilidad en la revolución, y los más añorando al comandante eterno quien, seguramente, a estas alturas, hubiese dado al traste con las condiciones infernales a que nos tienen sometidos los fascistas de nuevo cuño, que no son otra cosa que el instrumento imperial para intentar matar esta revolución que como sabemos es un dolor de cabeza permanente para el capitalismo de todo el planeta.-



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Saúl Molina


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