Valiente y clara fue la respuesta que dio la fiscal general de la república Luisa Ortega Díaz cuando el periodista José Vicente Rangel , durante la entrevista de este domingo, le preguntó que cómo se sentía estando en el ojo del huracán por la investigaciones que está dirigiendo para esclarecer los actos terroristas perpetuado durante los últimos días por la oposición.
La fiscal, con mucho equilibrio emocional, pero, sobre todo, con gran valentía manifestó que ella no siente miedo porque está actuando de acuerdo a lo que dicta la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Claro, así debe ser en un país democrático como el nuestro.
Pero lo que quizás es más importante es que esta corajuda mujer venezolana, probada ya en varias contingencias difíciles, manifestó sin titubeos que procede de acuerdo a su formación familiar y a sus principios éticos y morales.
Sin duda que lo expresado por la fiscal es importante, ya que sin fortaleza espiritual, moral y filosófica (para no decir ideológica) , sería imposible actuar con el coraje y la valentía que ella está demostrando. Para entender a Luisa Ortega Díaz sólo tendríamos que colocarnos en su pellejo, analizar los riesgos y los peligros de la escalada violenta impulsada por los golpistas, y, sobre todo, entender que sin honradez y sin el compromiso necesario sería para ella imposible colocarse a la altura de la responsabilidad histórica que le ha tocado asumir con el pueblo y con la Patria. Quizás consciente de eso, siempre el comandante Hugo Chávez le tuvo admiración y respeto.
La mirada, los gestos y la actitud de Luisa Ortega Díaz nos transmiten la confianza de que ella va a seguir trabajando responsablemente en función de que se imponga la verdad, la autoridad y la justicia. De allí que el pueblo no solo debe respaldar, como lo está haciendo, al gobierno del presidente Nicolás Maduro, sino que además debe respaldar con fuerza a todas las instituciones delo estado como al Ministerio Público, el Tribunal Supremo de Justicia y la Defensoría del Pueblo.
La fiscal Luisa Ortega Días dijo algo en la entrevista con José Vicente, algo sumamente importante que debemos asumir subjetiva y colectivamente como es luchar en contra de la mentira y el miedo. Ella tiene razón, no en vano, en estos dos aspectos neurálgicos trabajan los laboratorios de guerra psicológica de la oposición. Estos a través de los medios de comunicación, intentan impactar la estructura emocional de los venezolanos. No cabe duda que el propósito de la semiótica de la violencia, a la que nos hemos referido en artículos anteriores, es impactar las mentes de una masa que actúa casi siempre direccionada psicológicamente y por instintos violentos.
La utilización de imágenes de alto impacto psicológico, de frases subliminales, de comparaciones ilógicas, de símbolos y signos dirigidos a trastocar el inconsciente colectivo de la masa, son herramientas propagandísticas diseñadas en laboratorios de guerra psicológica que intentan por una lado generar violencia, y, por el otro, neutralizar y provocar miedo en la población por intermedio de la manipulación informativa y el uso de la mentira. Recomiendo leer el libro Masa y Poder, de Elías Canetti para entender por qué los supuestos manifestantes pacíficos de la oposición utilizan el fuego como símbolo de la violencia.
La fiscal general de la república, Luisa Ortega Díaz está en lo correcto cuando señala que hay que hacer investigaciones transparentes apegadas a la Constitución, pero lo más trascendental es que ella inteligentemente intuye que eso no se puede llegar sino somos capaces todos de superar al miedo y a la mentira que nos pretenden inocular. Por eso la funcionaria, desde una perspectiva transdisciplinaria apunta no solamente a la lógica positivista de hallar a los culpables del terrorismo, sino a la elevación de la conciencia y la ética.
Pienso, para terminar, que es muy pretencioso hablar de una Comisión de “la Verdad” , al fin y al cabo esta (La Verdad) filosóficamente hablando resulta ser imprecisa y relativa, lo mejor sería crear la “Comisión contra la mentira y el miedo ”.