El malestar que vive la oposición en el país es permanente, pretenden crear una crisis general en el país, su ofensiva se basa en la guarimba que significa desde el punto de vista técnico militar, escaramuzas de guerra, persiguen convertir un conflicto en una “crisis sistémica”, de ingobernabilidad, forzando hacia “elecciones anticipadas”, no prevista constitucionalmente para acercarse al marco legal. El caos social que siembra la guarimba en las calles, busca profundizar una crisis económica devenida por la escasez y profundización del colapso del modelo rentístico de la empresa privada y su dependencia de las divisas en dólares. El modelo privado fraguado en la IV República (In)civil de carácter modernizador fundamentado en “el fracaso del modelo sustitutivo importador (que) fue quebrado en los 80”, aún sobrevive, caracterizado por su afección al “cadivismo”, dependiente de las divisas en dólares que sin la venta del Estado venezolano tenderían convertir el malestar social en un “estallido general”, hecho que no ha sido posible como mecanismo de presión, dado que no gozan del apoyo popular, las razones obedecen a la claridad del pueblo, a su nueva cultura política creada por la revolución bolivariana y chavista.
De manera que la advertencia del fracaso del “modelo empresarial privado” es consecuencia del otrora “estatismo excesivo” que sirvió en abundancia de dólares baratos a empresarios, desreguladas “inversiones extranjeras” y “repatriación de capitales” mediante fuga de ganancias fuera del país, colocando en el exterior grandes sumas de capitales necesarios al país. Pero no, en realidad dichos depósitos en el exterior no los utilizan, ganan intereses en bancas foráneas, sin importarles la escasez en el mercado, consecuencia de ello, la escasez de divisas, su alta dependencia de importar bienes y servicios del Estado, producto de un patrón de producción que nunca han dejado de ser dependiente de los petrodólares, demostrándose con la escasez actual de bienes, nunca han sido empresas realmente con capacidad de ofertar bienes en el mercado, su alta dependencia de las importaciones revelan “crisis del aparato productivo”, de allí su presión al Estado mediante la implementación de “la guarimbas” y su pretensión de reeditar inútilmente un “Caracazo” en resulta de forzar ilegítimamente la “salida de Maduro”, violando todo principio democrático constitucional e institucional.
Quienes piensan que el modelo chavista “ha fracasado” veamos el espejo de la economía privada agrícola, industrial manufacturera y comercial, dan lastimada, exhiben la escasez de inventarios, producción y hasta en las ventas en retaliación del sector privado por “las expropiaciones públicas”, induciendo crisis múltiples, tanto en el mercado cambiario como monetario, además de acciones políticas guarimberas que torpedean el dólar oficial. Aquí reside el meollo de “las protestas no pacíficas, demandando restituir la propiedad privada, las garantías y privilegios para la inversión nacional y extranjera, precios libre sin regulación, disponibilidad de dólares libres para el comercio importador. Tal es el caso, de “los productores nacionales (que) se ven obligados a trabajar con costos financiados al valor del dólar paralelo causando aumento de precios inflados, a manera de ejemplo, “para octubre (2013) la inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas en Caracas llegó a un 82% en relación al año 2007. Oponiéndose recalcitrantemente al control de precios del Estado, demostrándose su incapacidad para industrializar el país, pero su eficiencia como importadores en vez de de productores agrícolas e industriales, piden “los dejen trabajar y producir” pero en verdad, quieren que “los dejen importar libremente” cuanta bagatela se produce en el exterior. Para continuar una sociedad consumista.
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